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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  En los sentimientos >  Mis recuerdos de la fábrica de maderas (Julia Pérez).  


Foto: Julia Pérez

Hoy, que me encuentro en casa porque está nevando y no puedo salir a dar un paseo, quiero dedicar mis pensamientos a la Fábrica de Maderas, mi segunda casa, de la que tengo muchos recuerdos, como esa polea tan grande en la que trabajaba mi abuelo Julio, el de las máquinas, y que hacía mover toda la fábrica. Me acuerdo del señor Pascual, que me regañaba mucho porque yo era bastante trasto, y no puedo olvidar los ratos que pasaba en las afiladoras donde trabajaba mi padre Martín, su padre Pedro, Francisco García, Pepe Fernández Peñirúa y, después mi tío Alfonso. Ésas sí que me parecían unas máquinas muy interesantes porque echaban chispas al entrar en contacto con las sierras. Entonces era una niña y podía observarlas con entusiasmo porque me sentaban en las rodillas de alguno que estaba afilando.

Mantengo en mi memoria aquellas sólidas vagonetas, que no sé cómo no nos pasó algo, en particular a Juanita Gala y a mí. Más adelante añadieron una nave que, en mi opinión, parecía un “mastodonte”.

Foto: Antonio Martín

Los “quinquenios” fueron una ayuda importante en el pueblo. Con el tiempo  vino Don Fuertes de Villavicencio a dárselo y había un guateque con copa de vino, y allí estaba  yo, con otras vecinas.

Tengo un recuerdo para los guardas, pues también les hicimos de rabiar  porque no nos dejaban jugar ahí, pero lo hacíamos; y no quiero olvidar el economato que vino muy bien para los obreros.

Después ya todo fue cambiando. Cerraron las puertas y, lo siento, pero me parecía una cárcel. Todo se vigilaba.

Son muchos mis recuerdos de antes. Ahora la están reformando; dicen que para hacer un Museo, pero a mí me gustaría que fuera la fábrica de antes y que toda la juventud del pueblo trabajara allí. Espero seguir viéndote muchos años.

Julia Pérez.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com