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Tricheras nacionales delante de Valsaín. Foto: MRW Archivo CENEAM

Artículo: Carlos de Miguel Calvo.

Se trata de un conjunto de construcciones realizadas entre los años 1936 y 1939, periodo que corresponde a la última guerra civil española. Forman un rico patrimonio compuesto por trincheras, refugios, observatorios, puestos de tirador, casamatas, fortines, parapetos... que se distribuyen a lo largo de la Sierra de Guadarrama esculpiendo en el paisaje una parte de nuestra historia reciente. Testigos mudos de unos acontecimientos que conmocionaron al mundo entero, son clave para entender la historia y la cultura de la España del siglo XX.

Ubicados en parajes de gran interés paisajístico y perfectamente integrados en el entorno, hoy se debaten entre el abandono y la desaparición. Los restos que aún se mantienen en pie se ven sometidos a los efectos de la dura climatología de la zona, así como al proceso de regeneración de la vegetación. Muchos de estos restos fueron ya desmantelados en los años posteriores al conflicto con el fin de reutilizar o vender como chatarra las estructuras metálicas con que estaban construidos; era una cuestión de pura necesidad. El vandalismo, que llega a los lugares más insospechados, es otro factor mucho más vergonzante. Y, por último, cabría mencionar la falta de mentalización acerca de la importancia de estos restos y el vacío legal, que permite que los mismos sean expoliados o destruidos.

Parapetos republicanos en Peña Citores. Foto: C. de Miguel

Hoy, como entonces, los podemos ver cubiertos por la nieve, soportando el viento y la lluvia o rodeados de flores en la primavera, pero afortunadamente ya nadie los utiliza para defenderse o atacar. Su conservación, su estudio y su conocimiento por la sociedad posibilitarían un mejor entendimiento de nuestro pasado y que no se perdiera la memoria histórica de aquellas personas, muchas que no aparecen en los libros de texto.

El paisaje evoluciona, se transforma. Las características concretas del medio físico, que impone unas servidumbres y unos modos de vida, y los hechos históricos que explican por qué el ser humano utiliza cada espacio y por qué se organiza de una forma determinada en cada momento, son los dos factores clave para entender esta continua transformación.

Geográficamente, nos encontramos en una zona montañosa que, a lo largo de la historia ha resultado ser un lugar estratégico de primer orden. Cada momento histórico dejó sus huellas. Entre las más recientes, y en consecuencia más abundantes, se encuentran los restos de la Guerra Civil Española. La función que desempeñaban estas construcciones las sitúa en lugares privilegiados desde el punto de vista paisajístico, siendo notable su integración en el entorno.

Fortín Nacional en el Bosque. Foto: C. de Miguel. CENEAM

Desde el comienzo de la Guerra Civil, el control de los pasos y otros lugares estratégicos de la Sierra se convirtió en objetivo prioritario para ambos bandos, dando lugar a durísimos combates como los que ocurrieron en el Alto del León o el Puerto de Navafría. Al acabar el verano de 1936, al frente de guerra queda prácticamente estabilizado. El extenso frente del Guadarrama se acondicionó para aguantar tres largos años de guerra de posiciones bajo las durísimas condiciones del invierno en la montaña.

Una de las acciones que romperá la monotonía del frente será la ofensiva republicana sobre Segovia de Mayo de 1937, también conocida por los historiadores como la “Batalla de La Granja”.

Los montes de Valsaín son el soporte físico donde se desarrollaron todos estos acontecimientos y, por lo tanto, son un Espacio Histórico que se debe valorar y proteger porque, como tal, forman parte esencial de nuestro pasado.

Los abundantes restos de fortificación que podemos encontrar en Valsaín son la consecuencia de la ofensiva de mayo del 37. En los dos bandos, vistos los puntos débiles del frente, se puso un gran empeño en reforzar las correspondientes posiciones. Estos trabajos se prolongarán hasta el final de la contienda en un frente que, salvo la excepción de la toma del Puerto del Reventón por los nacionales, en marzo del 38, se mantendrá en una relativa calma. En el sector de Valsaín se pueden apreciar distintas técnicas de construcción y una gran variedad de tipologías. Algunos de estos restos son magníficos ejemplos de construcciones innovadoras que se generalizarían en la Segunda Guerra Mundial.

EDUCAR Y CONCIENCIAR

Estos restos poseen también un gran valor como recurso pedagógico, en el sentido de educar a las generaciones más jóvenes en el conocimiento de su historia más reciente y, sobre todo, en la necesidad de la paz.

Además, la conservación de este patrimonio puede ser un recurso para el desarrollo económico de la zona, incluyéndolos dentro de la oferta de turismo cultural. Pero, para que estos elementos se conviertan en un factor de desarrollo para la comarca, es necesario que sean valorados, estudiados y conservados.

Trabajos de limpieza de construcciones de la Guerra Civil en Valsaín, dentro del programa educativo del CENEAM y Centro de Montes de Valsaín. Foto: C. de Miguel. CENEAM

La Batalla de La Granja es un hecho histórico que se libró en un espacio histórico. Actualmente, muchos de estos eventos pasados son incomprensibles si no se facilita al visitante una información sugerente y comprensible. Es necesario restaurar, rehabilitar e interpretar los espacios y elementos más significativos, ofreciendo una información que haga accesible para todos el valor del patrimonio y permitiendo la vivencia y contacto directo con los lugares y vestigios que permanecen. Hay experiencias, en otros lugares, que son un buen ejemplo es este sentido, como el trabajo de musealización realizado en los espacios históricos relacionados con el desembarco de Normandía de la 2ª Guerra mundial, en las costas francesas, o el interesante proyecto que está desarrollando en territorio español el COMEBE (Consorcio para la musealización de los espacios de la batalla del Ebro). Desde el CENEAM se vienen utilizando estos vestigios históricos como un recurso pedagógico más, incluyéndolos entre los temas a tratar en los ciclos de excursiones didácticas o como objeto de intervención dentro del programa educativo que se ofrece a los escolares.

Carlos de Miguel Calvo.
(Licenciado en Historia y componente del Equipo de Educación y Cooperación del CENEAM).


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