Crónicas Gabarreras 0
 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Anécdotas y Curiosidades >  Cosas de Valsaín (Conrado Martín Merino).  


Foto: Conrrado Martín

Son mis historias del Guadarrama. Mis recuerdos por las rutas del senderismo alpino con los esquís de fondo o con las raquetas de travesía. Desde Valsaín a las cimas jugándome la vida en el macizo de Peñalara, y otras por Cabeza de Hierro, o por los Tubos de Arroyo Frío, o por las laderas de la Bola del Mundo y las Guarramillas.

Me viene a la memoria un accidente que tuve en el telesquí de arrastre; en él estaba de encargado mi hermano Santiago y trabajaban Chiri y Basilio Montes. Tenía diecisiete años y era un día muy malo y de mucha niebla; había llovido y las pistas eran un puro hielo. Empecé a descender, pero pronto vino la caída y bajé más de trescientos metros como una pelota por las pistas. Era terrible aquello; yo, dando vueltas, llegué abajo como un juguete roto y allí estaban los de Valsaín, que me cogieron y me curaron los golpes. No se me olvidará nunca.

Yo fui uno de los primeros que manejaba los esquís de fondo. Teníamos algunos que bajábamos de las trincheras de Peñacitores y del Reventón, aunque también los hacíamos de madera en el pueblo. Descendíamos con las tablas por la Peña de los Pájaros, o por el Barranco Colomba hasta cruzar la presa con hielo. También subíamos a los Claveles y regresábamos a casa con la paliza encima.

Después las nieves se fueron de las montañas y todo es diferente. Ahora voy con mi mochila a las espaldas por las diferentes rutas alpinas del Guadarrama que, algunas veces nos hacen soñar de alegría y otras de dolor. Yo reflejo el carácter del montañero cuando consigue su conquista por primera vez y sabe que nunca termina. Es motivo de orgullo y son recuerdos que van y vienen, pero no se olvidan. Aquellas agujetas en las piernas, atrapado en el pasado, en los caminos, y lo que sientes cuando estás arriba y dominas el mundo. Más o menos es así.

Para mí la aventura fue lo mejor, siempre que uno esté en forma y sano. El hombre quiere ser feliz caminando por las altas montañas y los senderos, con el orgullo de superación, recordando a los gabarreros, en este Guadarrama que, a veces fue romántico, y otras trágico.

Yo les digo a estas nuevas generaciones que sigan su rumbo como buenos hombres de las montañas, con sus costumbres, con su organización…, lo mismo que en las fiestas patronales, donde los lugareños de este viejo pueblo nos han llevado al escalafón de los mejores, porque en el trato, el verdadero lugareño de estas tierras posee una ética profundizada y es leal con su comportamiento.

Te imaginas un hombre como yo, en mi casa en el invierno puro, los días desapacibles de la nieve y el frío, sentado en el salón de casa con el diario, repasando todo lo que recuerda alrededor de la chimenea y viendo la lumbre. El roble y las llamas se pierden en mil colores y las chispas saltan y se alejan en el horizonte. Todo es color y, de repente, tu cabeza te da vueltas y otra vez vienen y van cosas del pasado, de lo que fue la vida de antaño. Hoy vivimos con las comodidades de la vida moderna, con este pueblo renovado por el tractor y los todo-terreno, y las imparables motosierras que podrían ser el peor enemigo de “el Pinar” en las manos de un hombre sin piedad.

Conrado Martín Merino.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com