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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Fiestas y Tradiciones >  Tradiciones perdidas (Felipe Martín Isabel).  


Foto: Alberto Vidal Isabel

Os quiero hablar de tradiciones que se van perdiendo. Como por ejemplo, la antigua Plaza de Toros, que era muy bonito ver a todos los mozos juntos y a los hombres casados diciendo cómo tenía que hacerse, porque tenía sus inconvenientes, cómo coger las latas, y luego después de cogerlas las llevaban a su destino: unas de pie derecho, y otras encima de sus zapatas y luego iban atadas con lías.

Yo recuerdo que, de pequeños, nos subió mi padre para que viéramos cómo se cortaban y se arrastraban las latas, porque era muy bonito ver la unión que tenían, que allí se compartía todo, trabajo y risas. Lo mejor era la bajada por la Gallega, y los camiones cargados hasta arriba y algunas latas dando en el suelo… y, a la llegada al pueblo cohetes y pilón se compartía.

La tradición que sí se ha perdido por completo ha sido la subasta de madera de la Plaza de Toros, y la de las vacas del aguardiente y vaquillas de las chicas, en la que se reunían los maderistas y ganaderos el día después de finalizar las Fiestas.

Y ahora, sin irnos a otro tema, nos vamos muchos años atrás: mis padres me cuentan cuando destazaban los toros en el Cuartelillo para la comida de los mozos, y ponían un número a las piezas de carne restantes; cada socio cogía su número y cada cual se llevaba lo suyo.

Y la comida de los mozos se hacía en La Pista. Yo de ahí no me acuerdo. Sin embargo, cuando se hacía en el Puente de La Pradera, me acuerdo de estar en la puerta de mi abuela, y ver cómo venían carretera adelante,bailando la conga detrás del tamboril y la gaita, y después llegaban a la Plaza de Toros y el de la manguera bien les mojaba.

Y las mozas, que a su palco se subían, a cantar a los mozos mientras toreaban, y ellas esperaban su suelta de becerras para salir a pegarse una carrera.

Ahora os hablo de un concurso que se ha perdido por completo, que era “el del gorrino”, que se trataba de untar de manteca para que el cerdo se resbalara y así era más difícil meterle en el bidón. Había un tiempo de tres minutos, y el ganador era quien metiese el gorrino en el bidón dentro de ese tiempo, y como premio se llevaba el gorrino.

Otro de los concursos que antes era muy tradicional era el de carga y descarga, y ahora lo hacen como exhibición. Este concurso consistía en cargar el caballo de leña y descargarle en el menor tiempo posible. Como final vamos a hablar de la verbena de por la noche, que antes en el descanso del baile sabía concursos, como el de cantar jotas y el del rebuzneo.

Felipe Martín Isabel.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com