Crónicas Gabarreras 13
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Foto: Guillermo García Bayón

He tenido la oportunidad de convivir con los últimos hombres dedicados a la gabarrería, cuando todavía se hacía la leña con el hacha y se sacaba con caballos

Eran, y digo eran pues la mayoría ya no existen, unos personajes asombrosos, trabajadores incansables, solidarios y humanos. Pero me quedo sobre todo con la forma que tenían de contar las cosas, cuando a la hora del bocadillo, se reunían todos junto a la lumbre.

Aunque carecían de estudios, tenían una oratoria digna de admiración. A mí me gustaba escuchar a aquellos maestros, no solo en el arte del pinar, sino también en el arte de saber decir las cosas con gracia y desparpajo.

He oído relatos y sucesos de todo tipo, contados en primera persona por los antaño señores del monte. Hablaban tanto de las anécdotas del presente, como a las que a ellos les habían contado y que se habían ido transmitiendo de generación en generación. Así es como yo me iba haciendo una idea del pensamiento global de los pobladores de Valsaín.

Se podrían destacar, y de hecho se han descrito, muchas de las señas de identidad, forjadas en este sin par mundo de pinos; pero hay una que yo quisiera resaltar y que es la base sobre las numerosas hazañas, anécdotas y vicisitudes de nuestro pueblo: somos un pueblo de “PIONEROS”, es decir, vamos un paso por delante de los demás, con un afán por la aventura el riesgo y la novedad, quizás otorgado por la dureza y magia del entorno.

Fuimos los primeros en tener un palacio con unas características singulares, que después fue copiado en el resto de España.

Nuestro pinar es el primero por la calidad de sus maderas en toda Europa.

Nuestro bosque está a la cabeza por albergar varias especies en peligro de extinción.

Los leñadores de Valsaín fueron pioneros y los mejores conocedores del arte de la gabarrería, aunque la fama se la hayan querido otorgar a otros lugares.

Nuestras fiestas, son especiales, diferentes y con sello propio.

Cuando apenas se practicaba el deporte en nuestro país, ya éramos pioneros en el esquí con varios campeones de España.

Cuando apenas había afición por las bicicletas, el fútbol, carreras pedestres, motos de trial, o corta de troncos, en Valsaín la práctica era masiva y habitual.

Terminaré con una anécdota sencilla, pero que me hizo reflexionar pasados los años y me animó a escribir este pequeño artículo. Al principio de comenzar a coger los hongos, como siempre las avanzadillas de Valsaín se dispersaban por todos los pinares. Yo había oído que por Miraflores estaban cogiendo bastantes; sin pensármelo dos veces, me encaminé hacia dicho lugar. Era ya caída la tarde cuando, en un llano a la salida de los pinos, me llamó un pastor; me acerqué y me dijo que si sabía dónde estaba, pues quedaba poco para anochecer. Seguí hablando cordialmente y me preguntó de dónde era. “De Valsaín”, le respondí. Después de meditar unos instantes, el hombre me respondió: “Pues debe de ser un pueblo muy grande porque toda la gente que veo por la sierra es de ese sitio”.

Francisco Martín Trilla.

©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com