Valsaín y la Pradera
no son un pueblo cualquiera.
Hay que ir a "La Tomasa"
y tomarse unas raciones de la casa.

Bajar a la presa a bañarse
y del frío agua, no quejarse;
disfrutar viendo los patos nadar
y hasta el puente de Valsaín ir a andar.

Subir hasta el Puente de los Canales
y ver el río, sus caudales;
hasta la Boca del Asno ir paseando
y ver las piedras que el agua ha ido modelando.

Si llegas al puente de la Cantina.
oirás el agua un poco cantarína;
si a Navacerrada quieres ir
las Siete Revueltas has de subir.

Si a la Fuente de la Reina vas a beber
una calzada romana podrás ver;
si a Casarás quieres llegar
por el Minguete tendrás que sudar.

Al bajar hay una pista de tierra:
la carretera de la República, cuando la guerra;
en el descenso, con cuidado para bajar,
y a la vez, de las vistas disfrutar.

También en la Gallega, o en el cerro Matabueyes,
se divisan todos los parajes de los reyes.
El paisaje es impresionante,
destaca Peñalara, "la gran gigante".

Los montes de Valsaín tienen pintorescos lugares,
con viejos robledales y profundos pinares.
Aquí se aprovecha la madera,
por eso estamos en... La Pradera.

Herenia Mateos.