Haciendo de divisoria
entre Segovia y Madrid,
de los valles de Lozoya
y el Valle de Valsaín.

De Cotos a Somosierra,
de cuyas cumbres nevadas,
la más alta de la sierra
es el pico Peñalara.

Un sistema montañoso,
visible a ambas orillas,
se levanta majestuoso
hacia el cielo de Castilla.

Las aguas de los deshielos
corren laderas abajo;
por un lado dan al Duero,
por el otro dan al Tajo.

Son los Montes Carpetanos
de la Sierra de Guadarrama
que vieron a los germanos
Y a las legiones romanas.

Sus cumbres cruzaron todos,
reyes, plebeyos, esclavos,
los cristianos y los moros,
oficiales y soldados.

Los osados gabarreros
con sus caballos cargados,
los pastores y cabreros
conduciendo su ganado.

Intrépidos bandoleros
por aquí se camuflaron,
científicos despistados
sus entornos exploraron.

Parapetos y trincheras,
la huella de los humanos,
presente en la cordillera
de los Montes Carpetanos.

Reflejan la ruin manera
de esa contienda tan vil,
esa guerra traicionera
llamada Guerra Civil.

Tantos hombres perecieron
en la Guerra fratricida,
entre rocas y neveros
sin saber por qué morían.

Centinelas de la sierra,
debéis al hombre decir
la atrocidad de una Guerra
que un día se libró aquí
en un rincón de la tierra
del bosque de Valsaín.