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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Naturaleza >  Daños por temporales en el monte Pinar de Valsaín (Javier Donés Pastor).  


Foto: David Martín 

El desarraigo y la rotura de algunos árboles, en pequeñas cantidades, se repite en los montes de Valsaín todos los inviernos como consecuencia de tormentas, viento o nieve. Pero con más frecuencia de la que recordamos, la intensidad de estos meteoros, provoca daños de consideración.

Remontándonos pocos meses, los temporales de viento del Sur y lluvias del mes de diciembre pasado rompieron y tiraron al suelo miles de árboles. La mayor parte en las proximidades del límite entre el Pinar y las Matas en el Valle del Eresma. Como consecuencia de la situación de Valsaín en la ladera Norte de Guadarrama, son corrientes los fenómenos meteorológicos adversos, con fuertes nevadas y vendavales con ráfagas que superan los 100 km./h (máxima ráfaga registrada en el año 1989 de 152 km./h).

Estas perturbaciones, a pequeña escala, suponen el tronchado y desarraigo de árboles y la apertura de huecos en el bosque, que permiten la regeneración natural. Cuando la intensidad de los temporales se incrementa, los daños producidos pueden suponer un grave problema para la persistencia temporal del arbolado de parte del monte.

Las primeras referencias sobre Valsaín datan de los siglos XII y XIII, aunque no es hasta la segunda mitad del XVI cuando empezamos a tener datos sobre temporales y los daños ocasionados. La primera es sobre la caída de unos pocos robles y pinos en la mata del parque, única propiedad de la Corona en Valsaín en esa época, datando de noviembre de 1572. Desde entonces y hasta finales del siglo XIX, tenemos referencias de al menos 25 ocasiones en las que los fuertes vientos, combinados o no con la nieve, provocan la rotura y desarraigo de gran cantidad de árboles en el Pinar. Estas referencias hablan en algunos casos de grandes daños sobre arbolado adulto y en otras sobre pimpolladas. En varias ocasiones se cita que la intensidad o los daños, han sido de tal magnitud que "era desconocida aún para los más antiguos empleados del pinar". Como en el caso del invierno de 1892 en el que las extraordinarias acumulaciones de nieve, seguidas de vientos huracanados del Este y del Sudeste, ocasionaron daños de importancia en las pimpolladas de los tramos I de seis de los nueve cuarteles de monte. En algunos casos se describe el número de trabajadores necesarios para realizar la corta, la localización de los daños y su cuantía, o se aprecian los posibles volúmenes en "cárceles" (una cárcel se corresponde con 160 pies cúbicos en Valsaín, 3,46 m3).

Foto: David Martín 

Entre las citas en las que se refieren cantidades, los huracanes que peores consecuencias tuvieron para el monte, ocurrieron en febrero de 1783, enero de 1791 y diciembre de 1825. En este último se arrancaron más de 3.000 pinos, siendo los datos cuantificados referidos, casi siempre, a arbolado adulto.

En 1783, en un primer reconocimiento, se informó de 1.023 pinos afectados en las entradas al pinar, encontrándose más tarde en otras localizaciones 3.123 pies y posteriormente más. La madera que se destinó alas fábricas ascendía a 4.426 cárceles, obteniéndose 74.669 reales por las maderas labradas.

El huracán de 1791, de 24 horas de duración, afectó principalmente al Puerto de Navacerrada, contándose 3.873 pinos aptos para maderas, y otros sin contabilizar destinados a leñas que dieron cerca de 3.000 cárceles.

En julio de 1879 se citan daños en el Altozano, paraje del cuartel de Vaquerizas Bajas, que no habían sido localizados antes por haber estado el paso del puerto de Navacerrada cerrado por la nieve desde primeros de enero hasta el 30 de junio.

Como fenómeno atípico se debe citar el "nublado espantoso", ocurrido el 27 de agosto de 1880, fecha en la que el granizo, de "tamaño no visto antes", destrozó el arbolado en una superficie cercana a las 100 has. del cuartel de Siete Picos. Esta tormenta rompió ramas de más de 15 cm. de diámetro, dejando a los pinos sin brotes y arruinando todo el regenerado existente. Tras el reconocimiento de la zona, el gestor del monte informaba que el arbolado estaba a punto de perderse, al secarse la mayor parte de los pinos.

La ordenación forestal del monte se produce en el año 1890. Desde esa fecha sólo hemos localizado datos de cortas extraordinarias motivadas por temporales de diferente intensidad a partir del año 1940.

Destacan por su cuantía, los daños producidos en los años forestales 1959 60, en el que se arrancaron 15.388 pies con un volumen de 11.874 m3 , año 1974 75 con 14.656 pies y 12.166 m3 y en 1980 81 con 8.590 pies y 14.212 m3.

Como consecuencia del temporal de 21 de enero de 1996 y días posteriores, se produce la mayor catástrofe en el monte de la que existen datos. Queda afectado tanto el arbolado adulto como pimpolladas y regenerados, muy abundantes en el monte por efecto de las cortas realizadas a partir de 1966.

La borrasca, procedente el Golfo de Cádiz, descargó 150 litros de nieve húmeda en 24 horas (21 de enero) y un total de 559 litros de nieve en el mes de enero, casi todos en esos días. Estos datos de precipitación de la estación meteorológica del Puerto de Navacerrada suponen valores extremos, de la serie disponible desde la década de los 40: media de precipitación anual y en el mes de enero de 1.409 mm y 151 mm. respectivamente para el periodo de 1961 1990.

La nieve húmeda supuso un fuerte sobrepeso, congelándose sobre las copas al bajar las temperaturas. La combinación de este sobrepeso con los fuertes vientos de los días siguientes, provocó la rotura por debajo de la copa y el desarraigo de grandes árboles y daños en las pimpolladas situadas bajo estos pies, en vaguadas y en zonas afectadas por torbellinos.

Los daños se encontraban entre 2.100 y 1.400 1.500 m. de altitud (según orientaciones), estimándose en 6.600 has. la superficie sobre la que aparecieron árboles caídos. Ésta supone el 86,6 % del Pinar de Valsaín.
Desde febrero de 1996 y hasta finales del año 2000, se han explotado un total de 47.310,3 m' sin corteza de árboles de diámetro mayor de 20 cm. y 159.797 pies de diámetro comprendido entre 10 y 20 cm. que han supuesto 16.861.540 kg. de madera.

Las mayores dificultades a la hora de restablecer la normalidad del Bosque, se concentraron en la corta y saca de la madera de las numerosas pimpolladas dañadas. Se ha trabajado sobre una superficie superior a 950 Has. de estas características, quedando algunas totalmente arrasadas y teniendo que recurrir a su cerramiento para lograr que vuelvan a su estado original.

El último temporal que ha afectado a los montes de Valsaín, ocurrió el 7 de diciembre de 2000. Los vientos del sur (al igual que en el año 1996), unidos a las lluvias durante varios días, provocaron el desarraigo y tronchado de 4.346 pies con un volumen total de 6.834,123 m' (media de 1,6 m'/pie), sin contar la madera pendiente de corta debajo de las Mesillas. Quedaron afectados un total de 73 cantones del valle del río Eresma, en cotas bajas de los montes. Los mayores problemas fueron en tramos de regeneración con las cortas muy avanzadas y sobre arbolado chamoso.

Javier Donés Pastor.


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