Crónicas Gabarreras 20
 Crónicas gabarreras:   Inicio > Crónicas de la Historia > Las Huellas del tiempo (Alba, Celia, María y Lucía).  


Fábrica de maderas.

AAl norte de la Sierra de Guadarrama, inmerso en un mar de pinares, se encuentra Valsaín, un pueblo vinculado desde hace miles de años a la madera de sus pinos. Ya desde la mitad del siglo XIX, sus habitantes, procedentes de pueblos de alrededor y de provincias del Norte de España como Cantabria, Asturias o el País Vasco, dedicaron su vida a trabajar en el pinar como gabarreros, hacheros, o arrastradores de mulas, y algunos que laboraban en los talleres de aserrío.

En el año 1870, las viviendas del pueblo se redistribuyeron entre sus habitantes, y se construyeron nuevas casas, lo que hizo que su población aumentase. Las nuevas construcciones hicieron desaparecer los talleres de aserrío, y facilitaron la aparición del Real Taller de Aserrío, lo que en la actualidad conocemos como la Real Fábrica de Madera. La apertura de la fábrica y la introducción de la máquina de vapor condujeron al inicio de la Revolución Industrial de Valsaín. La construcción de viviendas y la amplia oferta laboral que ofrecía la fábrica resultaron atractivas para muchas familias, por lo que el pueblo acogió nuevas gentes que buscaban trabajo en la fábrica o en los oficios ligados al pinar. Valsaín disfrutó de un período hegemónico en los primeros años del siglo XX, en estos años la población era numerosa, en parte a causa del alto número de miembros en las familias, que vivían dentro de una economía eficiente dedicada a la madera.

En 1936, comenzó la Guerra Civil Española, y al igual que en toda España, los tres años que perduró la contienda azotaron duramente a la población de Valsaín: fueron tiempos de hambre, de condiciones de vida precarias y tiempos en los que la población se vio muy reducida. La complicada situación que azotó a Valsaín llevó a muchos de sus habitantes a emigrar a otros países, como Francia o Alemania, en busca de mejores condiciones de vida. Al finalizar la guerra, Valsaín fue recuperándose poco a poco. Durante los años 50 el pueblo creció debido al retorno de los emigrantes, la reapertura de la fábrica y a la construcción de nuevas viviendas, lo que se vio complementado con la apertura de nuevos comercios que ofrecían recursos a los habitantes, como tiendas, farmacias, restaurantes y bares. En estos tiempos, la fábrica era el núcleo del trabajo, pues aparte de que en ella trabajaba un amplio sector de la población, su producción complementaba a muchas otras industrias como la fábrica de papel o la de cristal. Muchos de los trabajadores de la fábrica eran jóvenes que habían abandonado sus estudios por verse obligados a trabajar, debido al escaso poder adquisitivo que por tradición han tenido los habitantes de Valsaín.

Foto: Julio de Toledo

La modernización de la Fábrica de Madera, debido a la implantación de avances tecnológicos, hizo que lo que en la actualidad conocemos como la Real Fábrica de Madera. La apertura de la fábrica y la introducción de la máquina de vapor condujeron al inicio de la Revolución Industrial de Valsaín. La construcción de viviendas y la amplia oferta laboral que ofrecía la fábrica resultaron atractivas para muchas familias, por lo que el pueblo acogió nuevas gentes que buscaban trabajo en la fábrica o en los oficios ligados al pinar. Valsaín disfrutó de un período hegemónico en los primeros años del siglo XX, en estos años la población era numerosa, en parte a causa del alto número de miembros en las familias, que vivían dentro de una economía eficiente dedicada a la madera. En 1936, comenzó la Guerra Civil Española, y al igual que en toda España, los tres años que perduró la contienda azotaron duramente a la población de Valsaín: fueron tiempos de hambre, de condiciones de vida precarias y tiempos en los que la población se vio muy reducida. La complicada situación que azotó a Valsaín llevó a muchos de sus habitantes a emigrar a otros países, como Francia o Alemania, en busca de mejores condiciones de vida.

Al finalizar la guerra, Valsaín fue recuperándose poco a poco. Durante los años 50 el pueblo creció debido al retorno de los emigrantes, la reapertura de la fábrica y a la construcción de nuevas viviendas, lo que se vio complementado con la apertura de nuevos comercios que ofrecían recursos a los habitantes, como tiendas, farmacias, restaurantes y bares. En estos tiempos, la fábrica era el núcleo del trabajo, pues aparte de que en ella trabajaba un amplio sector de la población, su producción complementaba a muchas otras industrias como la fábrica de papel o la de cristal. Muchos de los trabajadores de la fábrica eran jóvenes que habían abandonado sus estudios por verse obligados a trabajar, debido al escaso poder adquisitivo que por tradición han tenido los habitantes de Valsaín. La modernización de la Fábrica de Madera, debido a la implantación de avances tecnológicos, hizo que muchas familias que ocupaban labores vinculadas al pinar tuvieran que emigrar ya que sus trabajos fueron sustituidos por maquinaria industrial.

Años después, la Fábrica de Madera cerró sus puertas ya que quedó obsoleta: sus métodos de producción a pesar de haberse modernizado se vieron sustituidos por otras tecnologías, y las fábricas a las que complementaba dejaron de necesitar madera o serrín para producir, lo que trajo consigo el cierre de las tiendas que existían en el pueblo, quedando reducidos a una tienda de alimentación y a un botiquín. Este fue un hecho determinante para el descenso poblacional de Valsaín, la mayoría de los trabajadores de la fábrica marcharon del pueblo en busca de trabajo y los pocos jóvenes que contaban con estudios encontraron el momento oportuno para trasladarse y encontrar una labor ajustada a sus capacidades. El pueblo no se ha recuperado ni habiendo construido nuevas viviendas en los años 80, a causa del alto precio de las casas y de lo poco llamativo que resulta un pueblo carente de recursos y con una población muy envejecida.

Foto extraída del libro Tiempo de recuerdos. Cedida por Antonio Rodríguez.

La conversión de su escuela en “Comunidad de Aprendizaje” en 2012 y la implantación de nuevos métodos educativos han llamado la atención de familias procedentes de pueblos cercanos y no tan cercanos, incluso de la Comunidad de Madrid, que han matriculado a sus hijos en el colegio de Valsaín. Es cierto que algunas de estas familias se han trasladado al pueblo, pero la gran mayoría se limita a llevar sus hijos a la escuela, lo que no ha hecho crecer notablemente la población, sino que está poniendo los cimientos de un posible aumento los próximos años. Este aumento ligero de la población se ha hecho visible con la apertura de comercios y nuevos restaurantes.

En nuestros días, Valsaín es un lugar poco poblado que se mantiene con una población envejecida que solo rejuvenece en los meses de verano.

Alba Herranz Isabel.
Celia Lozoya.
María Gómez.
Lucía de la Torre.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com