Crónicas Gabarreras 19
 Crónicas gabarreras:   Inicio > La Escuela > Cosas del tío Conrrado. La Escuela (Conrrado Martín Merino).  


Foto: Conrado Martín

Yo soy un hombre mayor, pero tras profundas reflexiones tengo la sensación de que mis sentimientos no cambian con la edad. Por fin me he decidido a escribir la historia de este hombre en el retiro, y me he encontrado a gusto.

De pequeños fuimos muy poco a la escuela, aunque lo hubiésemos querido. Ahora tenemos la oportunidad de conocer los pormenores de la vida, de gentes interesantes, tanto de la historia reciente como de épocas pasadas.

En mi casa éramos familia numerosa, muchas bocas que alimentar, por lo que tuvimos que trabajar siendo pequeños. No había dinero ni tiempo para estudios.

En Valsaín, hacia 1947, yo tenía 12 añitos. Entonces toda la cuadrilla mía y de mis amigos buscábamos trabajo. Yo lo encontré en la carretera Cruz de la Gallega para arreglarla. Empezamos en la plaza de Valsaín hasta la Fuente de la Reina. El que mandaba era el señor Pascual. Duró varios meses.

En aquellos años aún íbamos a la escuela con los pantalones cortos, aunque la mayoría muy poco. íbamos a la escuela de adultos con Don Tomás y con Amelia.

Encontré trabajo de nuevo cuando hicieron la casa forestal de la Boca del Asno con gente de Valsaín. El encargado era de La Granja y se llamaba Ángel Perola. Allí trabajé de pinche con un montón de pucheros alrededor. A mediodía, El Tío Conrado tocaba una especie de hierro, y todos a llenar la panza. El sueldo de pinche era de 6 pesetas diarias. El dinero lo entregaba en casa. Era poco, pero muy necesitado.

Lo primero siempre era trabajar, después la escuela.

Así era en aquellos tiempos.

Conrrado Martín Merino.


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