Crónicas Gabarreras 13
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Fuente de la Piedra del Pájaro.

Sin lugar a dudas, la abundancia de agua en los Montes de Valsaín es uno de los elementos que contribuye a la belleza de los paisajes que rodean nuestro pueblo. La vida de nuestro pinar, la de los numerosos animales que en él se refugian y la de las personas que aquí residimos, dependen directamente de su presencia.

El agua comienza su andadura por nuestros montes en un sinfín de manantiales, algunos de ellos a más de dos mil metros de altitud, para acabar su corto pero alocado viaje en el cauce del río Eresma que a su vez rinde pleitesía al Duero, tan recordado por Antonio Machado.

Algunos de esos manantiales han sido transformados en fuentes por la mano del hombre. Unas de reciente construcción y otras con muchos inviernos a sus espaldas. De entre estas últimas vamos a dedicar unas palabras a dos de ellas: la fuente del Nogal de las Calabazas y la de la Piedra del Pájaro. Ambas han sido testigos de historias singulares que brevemente vamos a detallar.

Fuente del Nogal de las Calbazas.

Fuente del Nogal de las Calabazas: ubicada a escasa distancia del pueblo, a la vera de la pista que se dirige hacia la puerta de Cosíos, ya en La Granja. Hoy en día el cuerpo principal de la fuente lo compone una rueda granítica de molino a medio elaborar bajada de la zona de Juego Bolos por trabajadores del centro de Montes como consecuencia de una reforma llevada a cabo hace pocos años.

Cercana a esta fuente crecía, hace varias décadas, un hermoso nogal del que pudiera pensarse que en vez de las preciadas nueces producía calabazas. Sin embargo, el nombre de la fuente poco tiene que ver con la preciada cucurbitácea (calabaza.) Más bien hace referencia a que era lugar de encuentro entre mozos y mozas de La Granja y Valsaín, según unas versiones, y según otras entre los mozos de Valsaín y las chicas empleadas en el servicio doméstico en las casas de los veraneantes y que recibían el singular nombre de “Marmotas.” La cuestión es que dicho nogal era lugar habitual de citas a las que no siempre acudía la parte femenina dando las consabidas “calabazas” al chico correspondiente, pasando así a conocerse el árbol como el Nogal de las Calabazas, y a la fuente también con la misma denominación.

Aspecto actual de la fuente del Nogal de las Calbazas.

Fuente de la Piedra del Pájaro: escondida en la oscuridad de La Pinochera, junto a la piedra que la da nombre. La singularidad de esta fuente no radica en su fábrica (un sencillo murete frontal de ladrillos macizos coronado por una piedra colocada recientemente) sino en la relación que guarda con la Guerra Civil Española y en concreto con los hechos que se vivieron en nuestra localidad en los años de contienda.

Como bien sabemos, nuestro pueblo fue zona de frente entre el bando Republicano y el Nacional. En el entorno de la fuente de la Piedra del Pájaro se hallaba la posición nº 35, controlada por la 72 División del Ejército Nacional junto a otras 62 posiciones que se extendían desde Cueva Valiente (San Rafael) hasta el puerto de Malagosto (Santo Domingo de Pirón.) En ésta y en otras posiciones aún resisten los embates del tiempo diversos elementos tales como trincheras, fortines, parapetos y fuentes como la de Las Chozuelas, la del Tío Pilili, la de Villa Arapiles… La cercanía de dichas fuentes con las posiciones militares hace pensar que tuvieron su importancia para los soldados posicionados en dichos lugares como punto de abastecimiento de agua.

En el caso de la fuente que nos ocupa hemos llegado a la conclusión de que fue construida por los propios militares por un motivo muy sencillo: el manantial que la abastece proporciona un caudal muy escaso, incluso nulo en época estival, no teniendo por ello ningún sentido ubicar en dicho lugar una fuente en época de paz. Por tanto pensamos que fue preparada por los militares allí posicionados para evitar alejarse de la “zona segura” a la hora de abastecerse de agua (aunque sólo lo tuviera unos meses al año.) De hecho, llega un ramal de una trinchera hasta la misma fuente, facilitando así la tarea conocida con el nombre de “aguada.” Cabe recordar que en esos momentos La Pinochera no existía y era una zona bastante expuesta donde los soldados podían ser blanco fácil.

Ya en el camino de subida hacia el cerro del Puerco se ubica la fuente de Los Soldados, que a buen seguro también guarda relación con el episodio bélico que sufrió nuestro país allá por los años 30. De ésta y otras fuentes hablaremos en futuros artículos para la revista Gabarreros si se nos brinda la oportunidad.

A modo de conclusión diremos que las fuentes del pueblo y de los montes forman parte de nuestro patrimonio y nuestra historia, por ello merece la pena conocerlas y conservarlas en buen estado.

Tal y como nos enseñó Jacques Yves Cousteau “No olvidemos que el ciclo de la vida y el del agua son uno solo.”

Nacho Maderuelo Calle.


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