Crónicas Gabarreras 13
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Michel-Ange Houasse. El Taller de escultura de Valsaín.

Es bien sabido que el incendio del palacio de Valsaín, en 1682, fue el inicio de la decadencia de este edificio a día de hoy arruinado y apenas reconocible. La decisión de Felipe V, el primer Borbón, de hacer un nuevo palacio en La Granja fue la puntilla que lo condujo a su imparable deterioro.

No obstante, desde 1721, al poco de comenzar las obras del nuevo Real Sitio, los muros del palacio de Valsaín albergaron el taller de los escultores franceses que se ocuparon de la decoración de los jardines de San Ildefonso: los primeros maestros y los sucesivos directores de escultura encargados de la conservación de toda la estatuaria tuvieron aquí su lugar de trabajo hasta que el obrador, ya muy poco activo, se trasladó a La Granja en 1792.

Diversos autores e historiadores, sobre todo franceses, se han ocupado de poner de relieve la importancia de estos artistas no sólo por lo que respecta a su labor embellecedora de los jardines de San Ildefonso sino por su influencia en la escultura española que, hasta su llegada, se circunscribía prácticamente a la talla de imágenes sagradas.

Para ayudarlos en su trabajo vinieron también de Francia otros especialistas en labores complementarias que, aunque poco a poco fueron volviendo a su país, crearon una colonia francesa que se mantuvo presente en Valsaín durante muchos años. Los archivos nos dan cuenta de los permisos de partida hacia España de algunos de ellos reclutados entre octubre de 1721 y julio de 1722: Guillaume Offement, Françoise-Marie Mercier, Jean Vinceneux, Jean-Françoise André, Pierre Jérome, Hardi-Antoine Dambrun, Jacques Saineton, Michel de Lisyr y Antoine Jary, oficiales escultores; Jean Destouches y Silvestre Rousseau, moldeadores; Pierre Dumesnil, Jean Cordier, Jean Lambru, Guillome Lobjoye y Lambert, marmolistas; Jacques Baccary, cincelador, etc. Durante los primeros años debieron recalar en el taller de escultura de Valsaín no menos de treinta oficiales y obreros franceses (1).

Bousseau, escultor en Valsaín 1736-1740

No es mi intención repasar la obra de los estatuarios (como comúnmente se los llamaba) afincados aquí sino destacar su relación con este pueblo en el que algunos de ellos se naturalizaron españoles y crearon largas sagas al servicio de los jardines de La Granja.

Los primeros directores de escultura, Jean Thierry y René Frémin, llegaron juntos a comienzos de 1721: fueron los responsables de crear y dirigir la construcción las fuentes monumentales y de casi todas las estatuas de los jardines. Ambos tenían su casa y cocina (o sea su habitación) en el recinto del palacio y compartían el mismo coche de caballos para sus continuos desplazamientos entre el taller y La Granja. Thierry trabajó en Valsaín durante siete años y Frémin permaneció aquí hasta 1738 volviendo a Francia rico y ennoblecido por el rey.

Los oficiales y demás colaboradores, según su rango, se tuvieron que conformar en un principio con encontrar un lugar a cubierto en las caballerizas y las cocinas del viejo edificio junto a otros operarios que trabajaban en las obras de La Granja (2). Su situación fue mejorando por la intercesión de Frémin y Thierry que se ocuparon de que tuvieran sus casas junto al propio taller de escultura (3).

Sus expedientes personales, conservados en el Archivo General de Palacio de Madrid, nos dan noticias de su paso por Valsaín y de su regreso a Francia una vez terminada la mayor parte de las fuentes y de la obra escultórica. No obstante, algunos de ellos pidieron muy rápidamente su pasaporte de vuelta, lo que nos sugiere que su estancia en el taller era muy dura. Es el caso de Pablo Silvestre que, objetando mala salud, solicitó permiso para volver a París en septiembre de 1723.

La vida en Valsaín no era fácil: alejados de su tierra y de su familia estaban embarcados en la frenética actividad y la rigurosa disciplina que les imponían los maestros escultores, a los que debían obediencia ciega. El clima, mucho más frío que en la actualidad por estar España bajo los efectos de la pequeña edad de hielo, tampoco favorecía la comodidad de ahí que no resulta extraña la huída de los marmolistas Lobjoye y Mada en noviembre de 1722. La noticia nos la aporta Mª Ángeles Martín (4) y es la anécdota que mejor ilustra la dureza de la vida en el taller.

No faltaban las riñas y peleas, a veces tumultuosas y con fatales consecuencias (5) pero es curioso el caso de un oficial de escultura que en 1746 sufrió un proceso de enajenación mental. En esas fechas se estaban finalizando los jarrones y las estatuas de la plazuela de los Baños de Diana, con la presión añadida de que Felipe V quería verla acabada cuanto antes: el oficial tuvo que ser enviado al hospital a Madrid ya que le había dado por la mística (6).

Tras los primeros maestros ya mencionados Jacques Bousseau fue nombrado en 1738 director de escultura. Conocido como Jacobo Busó había llegado dos años antes reclamado por Frémin dejando en París a su mujer y sus siete hijos. Su expediente personal nos indica que murió de fatigas quedando sus restos enterrados en Valsaín en 1740. La administración española no supo ser generosa con su viuda a quien nunca le hizo llegar la fuerte suma que se debía al escultor por sus últimos trabajos en la fuente de Diana ni el importe de la subasta de sus muebles y utensilios. También murió aquí en 1761, tras 40 años de servicios, el que llegó a ser primer escultor Pierre Pitué (Puthois en su grafía francesa).

Enrique Pardo Canalís nos ha aportado algunos datos sobre varios de estos estatuarios y, especialmente, de las familias Destouches (moldeadores y fundidores) y Demandres (escultores) que estuvieron presentes en la vida de Valsaín y La Granja hasta finales del siglo XIX (7).

El caso de los Demandres es el más significativo: Antoine y Hubert Dumandré llegaron de Francia en 1728. Antoine estuvo pocos años en Valsaín ya que trabajó sobre todo en Aranjuez y en el nuevo Palacio Real De Madrid. Hubert, o Don Werto como se le conocía, fue el patriarca de toda una saga dedicada, con poco acierto, a la conservación de la estatuaria de La Granja. Tras largo tiempo de servicio alcanzó el cargo de director al morir Bousseau. Estuvo durante cuarenta años al frente del taller de escultura y tuvo dos hijos nacidos en Valsaín: José, que llegó a ser cura párroco del pueblo, y Joaquín que heredó el cargo de director en 1781. Hijos de este último fueron Juan (ayudante de escultura) y Telesforo que alcanzó el nombramiento de director en 1827. Todavía en 1885 un Demandre, Antonio, aparecía en la nómina como ayudante de fundidor.

Como sucedió con el resto del conjunto palaciego de Valsaín los últimos vestigios del que fue en su tiempo el mayor taller de escultura de España sucumbieron a la desidia y el abandono. Va siendo hora de dignificar estas ruinas donde vivieron y trabajaron importantes maestros franceses (en el museo del Louvre de París se exponen esculturas de Frémin, Thierry y Bousseau), donde se hicieron todos los adornos escultóricos de los jardines de La Granja, y donde murieron muchos de estos artistas estatuarios.

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(1) Nouvelles Archives de l´Art Francaise Vol. 1874-75. Documments communiqués et annotés par M.J.J. Guifrey. pp. 21-24.

(2) Archivo General de Palacio. AP. San Ildefonso. Caja 13.542. Informe de Antonio de Cáceres sobre la llegada y alojamiento de oficiales escultores. Enero 1722.

(3) A.G.P. ADM. San Ildefonso. Caja 13.542. 27 octubre 1722. “Thierry y Frémin escultores de S. M. que dios guarde, Suplican muy rendidamente a Vª Exª mandar se les den una orden para que el Guarda Mayor de Balsaín les den algunos quartos bajos y cozina en el Palacio para retirar este Inbierno Ofiziales Marmolistas, respecto ser unos sobre otros en unos desvanes puestos a todos los ayres”

(4) María Ángeles Martín González. El Real Sitio de Valsaín. Editorial Alpuerto. Madrid, 1992. p. 162. La autora toma el literal “huido” por “herido” y concluye que los fugados habían agredido a Frémin y Thierry.

(5)AGP. AP. San Ildefonso. Refiere una riña entre marmolistas franceses de la que resultó uno muerto. 7 de mayo de 1723.

(6) AGP. AP. San Ildefonso. Caja 13.567. El Intendente Galiano informa de que “…vengo precisado a despachar un propio, por estar veinte días hace uno de los buenos oficiales de esculptura demenciado, habiéndole dado por la mística…”

(7) Enrique Pardo Canalís. Anotaciones marginales sobre algunos escultores de La Granja. Separata de la Revista de Ideas Estéticas. Abril-mayo-junio Nº 94. Madrid 1966.

Pedro Heras Riesgo.


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