Las peñas son una parte muy importante en las fiestas, es difícil imaginarse en la actualidad unas fiestas sin ellas, pero no siempre han existido las peñas en las fiestas de Valsaín, contaré un poco cómo comenzaron en nuestro pueblo, según yo lo recuerdo.

Era el mes de julio del año 1969. Con los preparativos de las fiestas, la juventud se reunía por las noches en Valsaín, los más mayores: Miguel Isabel, Claudio Sastre, Juanito González, Ramón Rodríguez, y otros comentaban que teníamos que aumentar las actividades taurinas de la fiesta y traer la vaca del aguardiente (la espabila borracheras decía Rufino Martín) ese año ya era tarde, pero al próximo se podía hacer. Una noche Claudio Sastre dijo lo que si podemos hacer este año es hacernos unas camisetas todos iguales, mandarlas imprimir y que ponga fiestas de Valsaín, él tenía una camiseta de las fiestas de Vitoria con la imagen de Don Zeledón. En los preparativos y presupuestos de dichas camisetas se hablaba que costarían 200 pesetas; para los más pequeños nos parecía mucho dinero y no las encargamos y un grupo formado por Adolfo, Federico, Lucas, Genaro, Vidal, Victorino y Javier, nos pintamos nosotros unas camisetas, que inicialmente eran de color blanco, y las decoramos nosotros mismos: en la parte delantera, en forma de círculo ponía, Grandes Fiestas y en el centro del circulo Valsaín, en la parte de la espalda la inicial del nombre de cada uno y a los lados de la inicial unos troncos y un pino. Las camisetas que mandaron hacerse los mayores también eran de color blanco, ponía Fiestas de Valsaín y tenían un gran pino pintado. Digamos que este fue el primer germen del inicio de las peñas.

Al año siguiente, ya hubo muchos pantalones y camisetas pintadas entre los chicos y chicas. El mismo sábado que comenzaba la fiesta alquilamos a Ángel de Benito una cuadra que tenía en el Patio; mientras unos la limpiamos bien, otros fueron con la furgoneta de José Tapias a por rameras de pino y tablas, forramos las paredes con la ramera y se hizo un apartado con tablas para meter todo lo que tenía y que no pudo sacar, como se notaba el olor a caballo se pusieron pastillas de ambientador para disimular el perfume.

¡Hay que hacer limonada!, dijo alguno. ¿Y en qué la hacemos?, pues en un bidón, y así tuvimos durante los cuatro días, limonada en un bidón. La fiesta comenzaba el sábado y duraba hasta el martes, y ese año la Peña la Cuadra, como se llamó, fue un bombazo comentado por todo el pueblo. Después del baile muchos dormimos allí los días de la fiesta, todavía se recuerda el amanecer del lunes, cuando el silencio que había dentro de la peña sólo era roto por algún ronquido de los quince o veinte que estábamos dormidos, apareció Antonio García Fernández (Palomo) con una animal muerto y le arrojó al interior de la peña. Era tal el olor que desprendía, que al momento no quedó nadie dormido dentro, todos en la calle despejando el susto. Al año siguiente, con más preparativos se mejoró la peña y al siguiente se hizo alguna más en otra cuadra del patio. La fiesta ya duraba un día más.

En 1972, como ya eran tiempos en los que comenzábamos a ir de fiesta a otros pueblos durante el verano; Carbonero, Cantalejo, Turégano etc., pueblos en los que también comenzaban a funcionar las peñas, se fue copiando un poco de cada una y ese año nuestra peña cambió de sitio se arregló una cuadra de Santiago Castán y allí se hizo La Oca 3 (la Oca 1 y la Oca 2 eran discotecas de Cantalejo). Decidimos pintarnos una camiseta que tenía el mismo dibujo de la discoteca, ese año la novedad era que las chicas también eran de la peña y fue un fracaso el primer día, luego mejoró después.

Pasado este año se comenzó a formar la peña de los Piratas; alquilaron la cuadra por todo el año, la arreglaron y la forraron de tablas por dentro. Construyeron un reservado en la parte de arriba; para poder dormir pusieron colchonetas de espuma, lo que se dice una autentica peña, que fue dando origen a todas las demás. Un año decidieron hacerse unos pantalones para los días de la fiesta, se fueron a Madrid a ver a un sastre, Enrique Herrero, que los hizo unos pantalones blancos poniendo la nota de color en las fiestas y cada año que iba pasando fueron mejorando vestuario, actividades y popularidad; y así fueron formándose La Peña los Troncos, que duró dos años - con el paso del tiempo se ha formado otra con el mismo nombre-, La Peña la Bota, que duró una fiesta, y asentándose bien La Peña del Tizo y La Peña de los Curros; impresionantes los Curros en sus comienzos, su puesta en escena, el vestuario, sus poesías en los carteles de la Banda de Curro Jiménez, la bajada nocturna montados a caballo, desde la Gallega hasta la plaza, cada uno con una antorcha, que al llegar a la plaza venían sudando jinetes y caballos por el calor que desprendían las antorchas realizadas con pez. Era un espectáculo la serpiente de fuego que se veía según bajaban. Esta peña estaba en gran competencia con una rivalidad sana, con la peña Los Piratas por su vestuario y sus actuaciones en la plaza; tal era esta rivalidad que aquellos que no habían estado en los toros preguntaban ¿qué han hecho Los Piratas y Los Curros o viceversa qué han hecho Los Curros y Los Piratas?

La Peña del Tizo, fundada para dar cobijo a los casados, aposentada en la “Casa de la Hierba”, donde se ha realizado una hermosa construcción y se homenajea cada año a los mayores del pueblo con una agradable comida (admirable la labor de esta peña).

Y así han ido transcurriendo años, formándose cada vez más peñas, juntándose algunas y creando una manera de vivir las fiestas en la que todos los niños desde bien pequeños quieren pertenecer a una peña.