Crónicas Gabarreras 19
 Crónicas gabarreras:   Inicio > La Escuela > Nuestro cole, nuestra comunidad de aprendizaje (Azucena Jiménez).  


Foto: Comunidad de Aprendizaje

Hace ya nueve años que fui a visitar el colegio de Valsaín con el Inspector de educación, pues me iban a nombrar directora al finalizar el mes de junio, dado que me incorporaba a mi destino después de haber estado ejerciendo el mismo cargo en el CEO “La Sierra” de Prádena.

La sensación que tuve fue de tristeza, que coincidió con el color gris de las nubes que se aferraban a la sierra, poco ruido, poco trasiego, poco color…

Terminadas las oposiciones como miembro de un tribunal ese verano, pasé a ver cómo organizaba el centro y los horarios de los cuatro maestros, más las seis horas de la profe de religión, que formábamos el claustro. Cada docente tenía su historia; algunos, varios años de docencia; otros, primer destino de carrera, expectativas de cambio de residencia..., pero todos ellos conservaban las ganas de mejora, de cambio, pues al proponerles trabajar con las familias para “poner bonito el cole” todos se pusieron en marcha. Ese curso, comenzamos por cambiar el color del cole, pintamos las vallas (que hay que repintar, por cierto), pusimos en marcha el huerto y decoramos las aulas, poco a poco comenzaba a brillar el cole de La Pradera.

Foto: Comunidad de Aprendizaje

La experiencia fue muy gratificante e hizo que, al curso siguiente, quisiéramos seguir en la misma línea, pero nos preocupaba mucho el número de alumnos, ¡teníamos 27! Un día una llamada nos abrió los ojos, seguramente habría que suprimir alguna plaza, se nos abocaba a un futuro incierto pero muy cercano al posible cierre del colegio por falta de alumnado, con todo lo que esto implicaría, la pérdida de un colegio en una zona rural supone la pérdida de oportunidades para sus vecinos como bien saben quienes habitan la “España vaciada”. ¿Qué podíamos hacer? Preguntamos si desde la Administración nos ofrecían pilotar algún proyecto, propusimos un proyecto de bilingüismo y…, nada, no fue posible.

Pasados los días, explorando campos, nos topamos con el proyecto de “Comunidades de Aprendizaje”, el cual algunos conocíamos de forma teórica, al tener información a través de cursos o lo habíamos visto en el doctorado. Decidimos ponernos en contacto con Luis Torrego, experto en el proyecto, que nos dio la información y se prestó a colaborar con nosotros si finalmente decidíamos seguir por esta línea.


De la información pasamos a la formación y, a principios de septiembre, ilusionados, despistados, temerosos, ansiosos…, comenzamos a aprender sobre el proyecto. Madres, padres, docentes, curiosos, acudieron a formarse. Surgieron todo tipo de incertidumbres, pero queríamos ponerlo en marcha cuanto antes, adaptar el proyecto a nuestro centro, a nuestra realidad. Las dudas eran muchas, pero la ilusión muy grande.

Comenzamos por la fase de sueño, ¡qué bonita!, soñamos la escuela que queríamos. Fueron meses de ilusión que concluyeron con una fiesta final, con mago y todo, como no podría ser de otra forma.

Y esa alegría de comenzar algo nuevo, del trabajo en equipo de toda la comunidad educativa se tradujo en un premio nacional, sí, nacional, el cole de Valsaín había ganado el “Premio Nacional de Educación 2013, a las medidas de éxito educativo”.

Foto: Comunidad de Aprendizaje

Sí, parece que los sueños se han ido haciendo realidad, hasta aquí el cole ha triplicado con creces la población escolar inicial que teníamos, ha mejorado sus instalaciones (tenemos una preciosa pista nueva, entre otras cosas), ha pilotado el proyecto a nivel provincial, al que se han sumado otros centros, ha innovado con distintas metodologías y ha sido visitado por docentes de diferentes nacionalidades. Además, ha ganado diferentes premios a nivel regional y es uno de los centros especialmente distinguidos por sus planes de calidad, disfrutando del sello de vida saludable y de sostenibilidad, conseguido recientemente.

Aquel centro gris que visité ha ido cogiendo color, poco a poco ha ido mejorando y haciéndose un nombre en el mundo educativo, y esto se ha conseguido gracias a los docentes, que a través de los años han ido realizando su labor y han ido poniendo su granito de arena creyendo en las bondades del proyecto, al inspector que nos acompañó en su puesta en marcha, al alumnado que ha aprendido, entre otras cosas, a trabajar en equipo, a ser solidario y crítico con la realidad, adquiriendo para su futuro unas estupendas herramientas, al Ayuntamiento que ha apostado por nosotros, y sobre todo, a las familias, todas las que se han implicado a lo largo de los años y aquellas que querían que su centro no se cerrase y que trabajaron para que sus hijos e hijas pudieran estudiar en su pueblo.

GRACIAS a todas aquellas personas que han hecho del colegio algo suyo y que lo han logrado mantener en pie durante estos 50 años, que de una manera u otra han logrado que tengamos un centro maravilloso, lleno de vida y color.

Foto: Comunidad de Aprendizaje

Azucena Jiménez.

©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com