Porque Dios así lo quiso,
en un remoto confín,
creó un bello paraíso,
el valle de Valsaín.

El Creador bien lo hizo,
no dejó nada al azar,
y rizando bien el rizo,
dotó al valle de un pinar

de montañas rodeado,
atravesado por ríos,
de veranos soleados
e inviernos duros y fríos.

Peñalara, el estandarte,
de eternas crestas nevadas,
es una obra de arte,
la cima más elevada

Una mágica montaña,
por los celtas adorada.
Muchos secretos entraña
la antaño mole sagrada.

Cerca, otros picos hermanos
acompañan al coloso,
son los montes Carpetanos
con aspecto poderoso.

Dos Hermanas y Citores
van unidas al gigante,
aunque son picos menores,
sus cotas son importantes.

Siete Picos, Guarramillas,
Mujer Muerta, los Claveles,
otras tantas maravillas
son sus compañeros fieles.

Jabinos y piornales,
tapizando sus laderas,
se abren paso entre canchales,
una estampa de primera

A los pies de los colosos,
surge la llanura alpina
de intenso color verdoso,
es una imagen divina.

Debajo de la llanura,
comienza el vasto pinar
que es la principal figura,
y llega hasta el melojar.

Un Eresma cristalino,
el gran río de la sierra,
serpentea entre los pinos
y va regando esta tierra.

Las dos márgenes del río
son zonas de pastizal,
Crece la hierba con brío
y fuerza descomunal.

La sierra de Guadarrama
puede sentirse orgullosa
del valle que la da fama
por su belleza asombrosa.

Hay quien dice que el Edén,
creado por el Divino
es este valle que ven,
mágico mundo de pinos.
Dios lo hizo y lo hizo bien;
lo hizo con mucho tino.

Francisco Martín Trilla.