Crónicas Gabarreras 13
 Crónicas gabarreras:   Inicio > Personajes > Sobre Manuel Iradier y Bulfy (Crónicas Gabarreras).  


Uno de esos personajes carismáticos, de los tantos que pasaron por Valsaín, fue Manuel Iradier y Bulfy. Quizás la historia lo ha tratado con cierta apatía y por ello su nombre suene a desconocido; sin embargo, este intrépido bohemio tiene el honor de erigirse en el primer explorador de Guinea Española (hoy Guinea Ecuatorial); toda una proeza digna del más alto prestigio. No es pretensión de esta revista realizar una biografía exhaustiva sobre su vida, pues ya fue tratada por otros con rigor y brillantez. Más bien nuestro objetivo se centra en aportar pinceladas de un inquieto aventurero que terminó sus días en los bosques de Valsaín.

Manuel Iradier y Bulfy nació en Vitoria el 6 de julio de 1854 y falleció en Valsaín el 19 de agosto de 1911. Apenas cincuenta y siete años vividos con enorme intensidad, que vieron cumplidos sus sueños de explorar la región que baña entre otros el río Muni, conocida como Guinea Ecuatorial. Realizó tres expediciones con escasos medios y ante el desdén de los gobernantes de la época. En ellas sufrió todo tipo de fiebres tropicales, pero anexionó a España una vasta superficie de catorce mil kilómetros cuadrados.

En la última etapa de su vida, hastiado por el infortunio, el poco interés de las autoridades por su proyecto africanista y enfermo de los pulmones, abandonó sus aspiraciones viajeras y se instaló en Valsaín. Trabajó en el Real Taller de Aserrío y tomó por residencia uno de los chozos de primer orden situado en la Calle Quinta. Dicen que buscó estos pinares para recuperarse de sus dolencias pulmonares, pero en realidad lo que pretendía era instalarse en un lugar que le recordara a su África apasionada. Y en este sentido, mencionar unas palabras suyas: “Los árboles son mis amigos, más que las personas".

Foto: Pedro de la Peña

En 2011, centenario de su muerte, la ruta Quetzal, dirigida por el malogrado Miguel de la Quadra Salcedo, siguió los pasos del explorador y llegó a Valsaín, donde se le rindió un emotivo homenaje frente a la casa que fuera su hogar.

Sirva este escrito como reconocimiento a la figura de un emblemático personaje, que formó parte de esta comunidad, y en la que también dejó su huella.

Historia que late en el corazón de estos pinares de Valsaín, que sirvieron de estímulo a las remembranzas de Manuel Iradier y Bulfy… Antes de que transitara por la ineludible última aventura.

Crónicas Gabarreras.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com