Hoy he vuelto a pisar tu tierra fértil
que engalanan la jara y el helecho
y mi oído se inundó del rumor débil
del Eresma bajando por su lecho.

Han mojado mis pies sus frías aguas
y mi alma se llenó de un vigor nuevo.
Es la fuerza que tienen tus montañas
que desciende por el río a nuestro pueblo.

He vuelto a pasear por los pinares
y a disfrutar del canto de los cuervos.
Los caballos y las vacas familiares,
pacen y se alimentan de tus suelos.

Camino de la Cruz de la Gallega
me he acercado despacio al cementerio.
En él, hace años que descansan,
conocidos del lugar, su sueño eterno.

He cruzado tus calles bulliciosas
estos días festivos que tenemos
y los ojos de tus gentes laboriosas
me miraban diciéndome: “¡Has vuelto!”

De noche, contemplando las estrellas,
mi mente resucita los recuerdos
de un pasado cercano, con pequeñas,
que ahora ya son mujeres, y sus juegos.

En mi ya larga historia significas
gran salud, bienestar, vida y contento,
porque aquí siempre gozaron de alegrías
los míos, fueran jóvenes o ancestros.

Belleza singular en los jardines
del entorno mimado y palaciego,
que La Granja extiende a los confines
de su, al gusto francés, Real terreno.

Hermosa la explosión en mil colores
que ofrecen sus parterres veraniegos,
generosamente adornados con las flores
plantadas por artistas jardineros.

Estoy aquí otra vez con mi bagaje;
estoy aquí otra vez y no es un sueño.
Tengo amigos, mis valles y mi paisaje
y me hallo con los ojos bien abiertos.

Esto ha sido, me parece, antes que nada,
una continuidad, más que reencuentro,
porque esté donde esté, cada jornada,
tierra de Valsaín… ¡te llevo dentro!

José Carlos Sancho Fernández.