Quiero que sirvan estas líneas para rendir un pequeño homenaje a una gran mujer: A mi querida abuela Antonia, por darnos tanto amor a todos, desde hijos hasta nietos.

A pesar de todas las penurias que ha pasado, tenía un humor buenísimo. Nos contaba lo que había pasado en Guerra, lo que ha luchado para sacar a sus hijos adelante, sus refranes, sus canciones…, y siempre con buen humor.

Bajábamos de La Máquina Vieja y de lejos veíamos un corro de vecinas riendo: ahí estaba ella, contando sus aventuras. Nos hablaba mucho de su familia, de sus hermanos, de sus sobrinos, etc. Recuerdo oírla decir que el tío Alejandro la ayudó mucho en los momentos difíciles.

Cuando teníamos que ir al médico con ella o al hospital, la abuela Antonia les contaba sus historias, y desde fuera les oíamos reír. Pero para mí la recordaré toda la vida por lo bien que se ha portado con nosotros. A mi madre siempre la ha querido como a una hija, aunque fuera su nuera. Siempre nos ha ayudado; a mi madre, a mis hermanos, a mí…, y nunca ha puesto mala cara. Por eso y mucho más la estaremos agradecidos toda la vida. A pesar abandonarnos a sus 104 años, nos ha dejado tanta pena…

Te doy mil gracias.

Hasta siempre “Abuelina”.