Crónicas Gabarreras 13
 Crónicas gabarreras:   Inicio > Historia > 110 años del Puerto del Reventón (Hector, de Venta Marcelino)  


Monumento dedicado a José Ibañez Marín.

"Camino de herradura malísimo y de una subida tan pendiente y penosa que de ahí ha tomado el nombre con que se distingue", describía Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico de España.

"Solo en caso de extrema necesidad, como, por ejemplo, huyendo de la guardia civil volveríamos a trasponer ese paso", aquejaba un socio del Club Alpino a principios de siglo.

Aunque su nacimiento geológico es mucho anterior, allá en el paleozoico hace 290 millones de años, y se conoce su uso como paso desde la edad media, no es hasta el siglo XX cuando se hace frente a su complicado trazado.

Con sus más de 2000 metros de altitud el Puerto de Reventón suponía un sendero tortuoso, casi impracticable durante el invierno, que convertía en una dura jornada llegar desde La Granja a Rascafría para pastores, ganaderos, comerciantes, militares o miembros de la familia real.

Desde que en el siglo XIV se construyera la "Casa del Bosque" para refugio de cazadores durante las monterías en los pinares hasta la edificación del Palacio Real, innumerables miembros de la aristocracia han disfrutado de la Sierra de Guadarrama.

La infanta Isabel de Borbón y Borbón habitualmente pasaba allí sus vacaciones y de sus estancias tenemos muestras fotográficas. Excursiones por los pinares de Valsaín, en la cumbre de Peñalara, en los Siete Picos, en los Puertos de Navacerrada y del Paular, y por supuesto, no faltaba la visita al Monasterio del Paular a través del Reventón. Tras sufrir este paso y conocimiento las labores de la recién fundada Sociedad Militar de Excursiones les solicita, y financia, el acondicionamiento del mismo.

Encabezados por el ilustre José Ibañez Marín, la SME decide marcar el sendero con 57 mojones desde La Granja a Rascafría y construir tres pequeños refugios en su trazado: "Caseta de la Mojoncilla", "Caseta del Puerto" y "Caseta de Fuente Infantes" con el fin de dar cobijo a quienes se viesen en apuros. Esta tarea conllevaba la limpieza y allanamiento del camino, podar los robledales y los cambroños, haciéndolo más amplio para facilitar el paso de animales de carga y carruajes. Durante el desarrollo de dichas tareas les sobrevino el invierno, de modo que los trabajos en la vertiente lozoyana quedarían para el año siguiente a cargo del alcalde de Rascafría.

Se cumplen ahora 110 años que no solo conmemoran esta gesta de la Sociedad Militar de Excursiones sino el nacimiento de una nueva forma de entender la montaña, especialmente la Sierra de Guadarrama.

Pioneros como el nombrado José Ibañez Marín y la SME junto a otros como Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza aprecian la montaña, estas montañas, no solo como puntos estratégicos militarmente sino reconociendo el paisaje y su entorno como fuentes de enriquecimiento personal que debemos cuidar y proteger.

Héctor (de Venta Marcelino).


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com