Vagando por la carretera,
voy por las “Siete Revueltas”,
voy soñando aunque despierto,
viendo pasar el pinar.

Sin que nada me detenga,
cuando llego a cierto punto
del camino recorrido,
veo La Boca del Asno
y no dejo de mirar.

Veo aparecer tu estampa,
porque tu iglesia señala,
a los pies de la montaña,
que el pueblo allí se levanta
y se llama "Valsaín".

Qué bonito se ve
cuando una puesta de sol
señala el atardecer.
Un centenario recuerdo,
marca entonces su belleza
muy cerca de lo infinito,
y es que este pueblo es bonito.

Cuando desde “La Gallega” lo ves,
solemne y noble es a la vez,
altanero y gabarrero
con garras de luchador.

Su bonita plaza de toros
y la Virgen del Rosario,
sus maderas famosas,
van hablando de este pueblo
por todo el mundo entero.

Sus fiestas son muy curiosas,
con su corta de troncos
la carga y descarga de leña
al estilo de los antiguos gabarreros.

Por su carácter jovial
por todo a ti “Valsaín”,
pueblo histórico y hogareño,
eres bonito y te admiro,
por eso hay que cuidarte.
¡Qué bonito es Valsaín!”.

Eutiquio Caneda Herrero