Crónicas Gabarreras 13
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Foto: Crónicas Gabarreras

Antes de entrar los romanos,
los celtíberos ya estaban,
siendo los grupos humanos
que por la sierra medraban.

Peñalara, su montaña,
era su diosa sagrada,
una mole misteriosa
por los celtas adorada.

Algunos les atribuyen,
el nombre de Valsaín,
que un enigma constituye,
siendo un dilema sin fin.

Mandó Roma sus legiones,
que hasta este lugar llegaron,
en estos fríos rincones
grandes obras nos dejaron.

Desde Titulcia a Segovia,
una calzada empedraron;
quedará para la historia
lo mejor que nos legaron.

Fue la mítica Fuenfría
un magnífico trazado
que ambas Mesetas unía,
comunicando ambos lados.

Los bárbaros visigodos
su legado continuaron;
impusieron nuevos modos
y en Iberia gobernaron.

Los guerreros musulmanes
a los godos derrotaron.
España estaba en sus planes,
largo tiempo se quedaron.

Lucharon por su bandera
en pugna con los cristianos,
que tenían por frontera
a los montes Carpetanos.

La llamada Reconquista
les había arrinconado,
su derrota era prevista,
pero sus huellas dejaron.

A esta sierra, Guadarrama,
con acierto bautizaron;
adquiriría gran fama
cuando los años pasaron.

En época de reyes,
la caza fue su obsesión;
aquí impusieron sus leyes,
empezando un pabellón.

Felipe II. Rubens

Los Trastámara siguieron
con notable afición,
y una fortaleza hicieron
del antiguo pabellón.

Lobos venados y osos
abundaban por doquier,
trofeos muy prestigiosos
que supieron obtener.

Mas fue Felipe Segundo,
quien no encontraría pegas,
cuando dominaba el mundo
y mandó a Gaspar de Vegas,

un afamado arquitecto,
que un palacio construyera,
culminando su proyecto
una obra de bandera.

Aquí jugaron infantes,
se tomaron decisiones,
hubo acuerdos importantes
tras los altos torreones.

Nació Isabel Clara Eugenia,
hija de rey prudente;
su padre se las ingenia
para nombrarla regente.

Gobierna Países Bajos,
una nación floreciente,
demostrando desparpajo
y actitud inteligente.

Un incendio pavoroso
cambió el rumbo de la historia,
acabó con el coloso
y tantos siglos de gloria.

Con los restos del extinto,
a imitación a Versalles,
construyó Felipe Quinto
otro palacio al detalle.

Al menos queda el consuelo
de que su nuevo destino
se levantara en el suelo
de nuestro pueblo vecino.

Un pasado deslumbrante
que terminó por azar,
un presente apasionante
que dará mucho que hablar.
Sucesos impresionantes
aún quedan por relatar

Francisco Martín Trilla.

©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com