Crónicas Gabarreras 0
 Crónicas gabarreras:   Inicio >  En los sentimientos >  Que tiempos aquellos... (Antonio Salamanca)  


Foto: Antonio Salamanca

RECUERDAS...

Cuando jugábamos al Pinto Pinto Gorgorito, saca la vaca del veinticinco.

Cuando podíamos detener las cosas diciendo: "Eso no vale, eso es trampa".

Cuando los errores se arreglaban diciendo: "Empezamos otra vez".

Cuando el peor castigo era escribir 100 veces "No debo…"

Cuando tener mucho dinero era poderse comprar un helado, unos regalices.

Cuando, con un balón y unos amigos pasabas toda una tarde.

Cuando, para salvar a un amigo, solo tenías que decir: "Por mí y por todos mis compañeros..."

Cuando "maricón el último" era correr hasta agotarse.

Cuando jugábamos a los americanos y a los indios y éstos eran siempre los malos, además que sus caballos corrían menos que los de los americanos.

Cuando no ser elegido para el equipo de la clase, era una gran desilusión.

Cuando los hermanos mayores eran el mayor tormento, pero también los mayores protectores.

Cuando, para Reyes no faltaban un balón, o una muñeca…, o unos juegos reunidos JEYPER.

Cuando el Ratoncito Pérez siempre venía cuando se caía un diente.

Cuando pedías el "Chavito de la Cruz de mayo" y te decían "para otro año" siempre te acordabas de sus padres.

Cuando tus padres "estaban a dos velas", pero siempre tenían una peseta para que sus hijos se compraran un chicle de Bazoka, o unos caramelos.

Cuando una GUERRA era lanzarse tizas o bolas de papel en la clase.

Cuando el pan, los huevos y la leche eran los alimentos básicos.

Cuando queríamos que llegara el domingo para merendar pan y chocolate.

Cuando estabas orgulloso del zurcido que te hacía tu madre en los pantalones, rotos yendo a nidos.

Cuando la familia "TELERÍN" antes del telediario cantaban "Vamos a la cama que hay que descansar…", y el pequeño se volvía.

Cuando oías la canción del Cola-Cao, que decía:" Yo soy aquel negrito del África tropical…", y pensabas: "Que rico tiene que estar".

Cuando el mayor negocio del mundo era cambiar cromos y encontrar el que llevabas meses buscando.

Cuando, jugando al "Escondite Inglés sin mover las manos ni los pies", siempre la quedaba el más torpe.

Cuando con un tocadiscos de pilas escuchando a los Brincos, a los Bravos o a los Beatles, sentiste por primera vez el cuerpo de un chico-a pegado al tuyo…

Cuando en la escuela te daban un "cate" te callabas porque si se enteraban en casa te daban dos.

Si esto que has leído te ha hecho sonreír y lo recuerdas con cariño, es que has tenido una infancia feliz, y recuerdas el niño que llevamos dentro.

Por cierto… ¡EL ÚLTIMO LA QUEDA…!

UN SALUDO.

Antonio Salamanca.

©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com