Creo que era el último… El último todavía vivo de los naturales de Valsaín que hicieron la guerra y formaron parte del Batallón Alpino.

Es mi padre, Guillermo García de Andrés, que falleció no hace mucho. Sin duda lo habrán reconocido, al menos los que ya tienen una edad.

Para cada cual hablar o escribir de su padre es hablar sin duda del mejor de los padres. Y en mi caso bien puedo dar fe de ello.

Pero al mostrar esta foto y escribir estas líneas en estos días de las entrañables fiestas de Valsaín (cuántos recuerdos de la infancia y juventud…) es para recordar y homenajear a nuestros mayores ya desaparecidos. Algo de lo que ya desde hace años, se han ocupado los miembros de la peña El Tizo con especial esmero y cariño, lo cual sí es de destacar, agradecer y homenajear.

Esta foto, realizada supongo a principios de los años cuarenta, sería la de uno más de todos los hombres y mujeres que tuvieron la desgracia de vivir la guerra civil, y la posguerra, que fue igual o peor. Es hablar especialmente de toda una generación que vio interrumpida su vida y que para nuestro pueblo está especialmente representado por los que formaron parte del Batallón Alpino.

Cada cual recordará a sus familiares y allegados con sus múltiples anécdotas y recuerdos.

Al final, todo lo que somos y el estandarte que llevamos con orgullo de ser naturales de Valsaín, se lo debemos a ellos.

Guillermo García Bayón.

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¿Pero... tú eres de Valsaín?

–¿Pero… tú eres de Valsaín? Y en ese momento el interlocutor
arquea las cejas mostrando sorpresa mientras da un paso atrás.

–¿De verdad que eres de Valsaín?

–Sí. Soy de Valsaín y de pura cepa.

–Pero es que me han dicho que…

–Bueno ya ves. Entonces pasada la sorpresa y asumido que efectivamente eres de Valsaín, el interlocutor pasa a otra fase de preguntas.

–¿Es verdad lo que me han contado, que los de Valsaín…?. Y te relatan una de las muchas anécdotas con protagonistas de los jóvenes del pueblo.

–Es que me han dicho que son gente muy dura, muy aguerrida. Supongo que no quieren decir que un tanto salvajes, continuando el cuestionario ya con cierto humor.

–¿Entonces, es verdad que lleváis el hacha en el maletero del coche?

–Ahora no. Hubo un tiempo en que por supuesto.

–¿Y llevas la navaja en el bolsillo?

–Ah. Es que tú has ido a la universidad ¿no?

–Sí, para que veas. Y es a partir de ese instante entras en el capítulo de gente cuando menos interesante. Cuando te presentan a un tercero, entre otras cosas, te presentarán como de Valsaín, como algo
especial y que yo asumo como distinción. Entonces, con el nuevo interlocutor se repite el ciclo de sorpresa y cuestionario. Y es que ahora que se habla tanto de hechos diferenciales, en vez de ciudadanos, ser de Valsaín desde luego sí es un hecho diferencial. Y por supuesto, una cuestión que nos enorgullece.

Guillermo García Bayón.