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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Deporte >  Mis deportes en Valsaín ( Juan Antonio Marrero Cabrera)  


Foto: María Jesús Martín

Todos los días, la niñita subía a Navacerrada en la moto de su papá. Allí, muy agarradita a su cintura y con la carita pegada a su espalda, la niñita era feliz.

Luego, allá arriba la niña se ponía a esquiar como la consumada campeona infantil que era.

María Jesús Martín, sería con los años una gran monitora y una de las mejores esquiadoras de España. Tanto como lo pudo ser Francisco Fernández Ochoa, de un pueblo vecino del otro lado de la Sierra. Y es que, como se dice en el argot deportivo, todos estos esquiadores estaban en un pañuelo.

María Jesús, además es una gran campeona y profesora de equitación, incluso a la alta escuela. Para eso era hija de un campeón nacional de esquí alpino, y el mejor pescador y más conocido maestro de toda Castilla..

Foto: Rufino Martín

Jesús fue mi gran maestro de pesca y caza durante muchos años, hasta que se quedó tranquilamente dormido en un sillón de su casa.

Esquí, caza y pesca que, en Valsaín, se practicaban desde la infancia. Y es que, en aquel valle magnífico, todas las distancias eran cuesta arriba, salvo los atajos de los ríos.

Con uno de los más bellos bosques del mundo a su alrededor, Valsaín destacaba sobre todo en los deportes relacionados con los grandes pinos.

El viejo aserrío de Alfonso XIII aún vendía las mejores tablas para muebles que jamás han existido. Los enormes y rectísimos pinos que buscan la luz desde el fondo del pinar, sirvieron de "palos de mesana" a los intrépidos barcos del Imperio Español. Con razón se podía decir que a donde llegaban los pinos de Valsaín "no se ponía el sol".

Por eso la corta de troncos y, sobre todo, el trabajo de los gabarreros eran faenas donde siempre destacaron nuestros serranos.

Foto: María Jesús Martín

Por cierto que el alpinismo y las grandes rutas internacionales de montaña, deparaban la grata aparición de la exquisitez de las setas, los hongos y los níscalos. Sobre todo si tenemos en cuenta que, durante sus épocas, se aposentaban allí compradores de toda España. A mí me enseñaron a buscarlos y distinguirlos casi todos mis amigos de Valsaín. En especial don Gaspar, "el cura", que además era un virtuoso de la pesca con "mosca" en los atardeceres de verano junto al Eresma.

Aún recuerdo, paseando, mis encuentros con nutrias, corzos, toros bravos y jabalíes, en la Acebeda. Y los grandes ratos de charla con Faustino, Gregorio, Pedro y Pablo, compartiendo manantiales con aquellos sabios y expertos guardas, que luego aparecerían como personajes de mis libros.

Foto: María Jesús Martín

Que yo recuerde, de un plumazo, estos fueron mis deportes de Valsaín que, en realidad, eran los deportes que mis grandes amigos compartieron conmigo. Lo malo es que como yo era mucho más joven, mis amigos se fueron marchando, aunque todavía me quedan unos cuantos colegas y buena parte de sus descendientes, para poder seguir paseando por el bosque y sus manantiales. Y es que en Valsaín, aunque desaparezcan maravillas como aquello de "hacer plaza", nunca desaparecerá la afición por el bosque, los toros y las viejas canciones navarras.

Adiós amigos, nos veremos en las Fiestas.

Foto: José Manuel Olmos

Juan Antonio Marrero Cabrera.

©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com