Antiguamente, en España, la práctica del deporte era casi nula; sin embargo, los duros gabarreros de Valsaín, sin saberlo, eran unos auténticos atletas. Para hacer su trabajo, tenían que realizar enormes desplazamientos que les podían llevar tres o cuatro horas andando para llegar al punto de destino, y luego, la vuelta; entre medias había que hacer la carga a base de hachazos y después cargar a brazo los pesados troncos en la caballería. Esta operación se realizaba un día si y otro también, lo que les permitía estar en una forma física excelente.

La nieve tapaba el suelo durante gran parte del año, cuestión que facilitaba la práctica del esquí. Las zonas despejadas y las cuestas del pueblo se llenaban de chicos, y no tan chicos, que se dejaban deslizar con un par de tablas de fabricación casera, o en algún trineo artesanal, pues era muy difícil que alguno pudiera pagarse unos esquíes reglamentarios. No obstante, la pericia mostrada en el arte del esquí, a pesar de tan escasos medios, era muy notable. Los primeros éxitos deportivos llegaron de la mano de este deporte, donde los atletas de Valsaín brillaron de tal manera que consiguieron muchas victorias, e incluso algunos campeonatos de España.

Qué buenas partidas se veían jugando al frontón, practicado sobre todo en una de las paredes del antiguo palacio. Fue una pena que se derribara el muro y ya no se pudiera jugar más allí. En el nuevo polideportivo se está retomando nuevamente este antiguo deporte. Igualmente, está causando furor otro deporte de similares características llamado pádel.

En las fiestas del Rosario brillaban los deportes autóctonos, como era la cucaña, donde los magníficos gateadores de Valsaín hacían gala de una pericia y habilidad envidiable. La carga y descarga a mano no era más que el reflejo de lo que normalmente se hacía para ganarse la vida. Esa habilidad y rapidez que mostraban ahora nos parece insuperable, mientras que para ellos era algo habitual y sin importancia. Las carreras de caballos por El Parque mostraban la maestría de los ganaderos del pueblo. Para tirar pinos, también se utilizaba la sierra de mano, que era manejada por dos personas, que además de demostrar buena técnica y resistencia, tenían que estar muy compenetrados. Era complicado saber dar un correcto afilado a las sierras, pero imprescindible para lograr un buen rendimiento. Hoy podemos hacernos una idea de cómo tronzaban antiguamente con el concurso de sierra a mano que se sigue practicando en la fiesta.

Sin embargo, el deporte por el que más se nos conoce a las gentes de Valsaín es el de la corta de troncos. Los antiguos gabarreros no tenían rival en la corta vertical, ni con los retorcidos y nudosos troncos que eran troceados con el hacha de dos bocas. No necesitaban entrenamiento, pues diariamente hacían de lo que hoy es deporte su modo de vida. Hoy en día es un motivo de orgullo ver la gran cantidad de jóvenes que se dedican a la práctica de este deporte, siguiendo una tradición legendaria que no solo han mantenido, sino que han sido capaces de incrementar, debido al enorme nivel adquirido. Los modernos cortadores de Valsaín son reconocidos y demandados para concursos y exhibiciones en cualquier punto de España, o incluso fuera de ella, con resultados muy meritorios. Su fama desde luego es merecida y sigue agrandándose.

Volviendo a una época mas reciente, el fútbol irrumpió con una fuerza inusitada en nuestro pueblo, primero como algo que no salía de nuestro entorno y donde se disputaban partidos entre Valsaín, La Pradera y el Barrio Nuevo, o entre solteros y casados, o simplemente como una disputa en la que las personas congregadas se jugaban el prestigio o las coca-colas en los campos de La Máquina Vieja, El Pino Gordo, El Bosque o El Parque. Poco a poco, esa enorme afición cuajó en un equipo competitivo que participó con éxito y llegó a subir de categoría en las competiciones comarcales. Lamentablemente y después de haber hecho lo más difícil, ante la poca respuesta de las nuevas generaciones, el equipo se disolvió.

Hubo una época muy reciente en la que el escaparate que son las Fiestas tenía un programa deportivo que no se veía en ningún otro pueblo grande o pequeño de la provincia; con una participación local impresionante, lo que animaba las mañanas con una multitud de personas que competían o querían ver competir sanamente a su hijo, amigo o conocido. En ningún otro momento gozó el deporte de mayor salud; no obstante, aún hay disciplinas que se mantienen y otras que parece se vuelven a retomar.

Aparte de los deportes autóctonos, que se practican desde tiempos inmemoriales, en Valsaín se han tocado todo tipo de disciplinas deportivas. Famosos fueron y son sus corredores campo a través, sus ciclistas, atletas de triatlón, y un largo etcétera que abarca un abanico extraordinario.

Con tanta pasión por el deporte, es indudable que muchas personas han destacado en cualquiera de las especialidades expuestas, logrando triunfos reconocidos, incluso fuera de nuestro entorno. Dar nombres sería una lista tan larga como injusta, pues siempre nos dejaríamos alguno en el tintero.

Hay muchas cosas que han marcado a Valsaín y que han dejado huella en nuestra forma de ser, y de ser visto desde el exterior. Si preguntáramos fuera por alguna de las señas que nos caracterizan, el deporte posiblemente no estaría en los primeros lugares; sin embargo, al profundizar en el tema veríamos que es algo que nos ha acompañado desde siempre y nos ha dado muchas satisfacciones; por tanto, hay que reconocer lo mucho que hemos aportado a algo tan noble y altruista como es el deporte, que nos marcará para la Historia como un pueblo de deportistas.

Francisco Martín Trilla.