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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Fiestas y Tradiciones >  5 de Febrero. La fiesta de las mujeres (Luz Mª Rodríguez Mantecas)  


Foto: Luz Mª Rodríguez

El 5 de febrero en muchas partes de España, y en particular en Castilla y León, se celebra la fiesta de las mujeres o Santa Águeda. Fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.

Los orígenes de Santa Águeda los conocemos gracias a un monje de Génova, Santiago de la Vorágine, en su obra “Leyenda Dorada” de 1264, donde narra las adversidades de la Santa(1): Santa Águeda, nacida en el siglo III, era una joven siciliana de religión cristiana de enorme belleza; el senador Quintinianus se enamoró de la bella Águeda y aprovechando las persecuciones que el emperador Decio realizaba contra los cristianos intentó poseerla, ante la negativa de ésta, decidió torturarla mandando que le cortaran los senos.

Comienza así la leyenda, pues se afirma que fue sanada por un ángel el cual la dotó de poderes curativos. Cuentan los antiguos que, un año después de su fallecimiento en el 250 d.C., los pobladores de Catania la invocaron con la finalidad de que el volcán Etna no cubriera de lava su ciudad, mas el milagro se produjo, la lava no penetró en ella y desde entonces es patrona de Catania y de Sicilia. También se recurre a ella con los males de los pechos, partos y problemas derivados de la lactancia. En la actualidad, es la patrona de las enfermeras.

Por el contrario, otros afirman que los orígenes de la Santa se sitúan en la mitología clásica, en donde las amazonas se amputaban un pecho para tener más facilidad a la hora de disparar sus flechas.

Foto: Fernando Peinador

En concreto, en Segovia tenemos conocimiento de ella en el siglo XI, cuando los árabes ocupaban la ciudad; ante la desesperación de los habitantes, las mujeres de Zamarramala deciden entretener a las tropas musulmanas que defendían el Alcázar para que sus maridos pudieran recuperarlo y posteriormente salvar así la ciudad. Cuando éstos se dieron cuenta de lo que pretendían las mujeres, cogieron a la impulsora de las revueltas y le cortaron los pechos a semejanza de la Santa.

Tampoco es fruto de la casualidad la elección del día, el día de Santa Águeda es el 5 de febrero, dos días después de la Candelaria y uno después de San Blas. En nuestra tierra, el día de Santa Águeda se considera una fiesta previa al Carnaval en la que las mujeres se revelaban contra el poder establecido y la jerarquía varonil, siendo por lo tanto, únicamente una celebración para las féminas, eso sí, requisito imprescindible era que fueran casadas o viudas (actualmente ya no existe tal requisito).

Ya en 1839 podemos encontrar un artículo sobre el tema de J.M. Avrial donde describe la fiesta prácticamente con las mismas características que la celebrada en nuestros días: “El tamboril y la dulzaina les anuncian desde muy temprano que aquel es día de asueto y holganza, los dos alcaldes primero y segundo se disponen a ceder su autoridad, en honor de su Santa Patrona, a las lindas alcaldesas que, engalanadas con todo el lujo zamarriego, se presenten a recibir de manos de sus esposos la vara de la justicia y la autoridad que aquella vara representa, quedando reducidos los alcaldes, así como todos los maridos, a la obediencia y servidumbre, porque como dicen en el pueblo, aquel día mandan ellas(2)”.

Foto: Lorenzo González

Las alcaldesas, normalmente suelen ser dos mujeres casadas o viudas que cuando llega la hora de misa, salen de sus respectivas casas acompañadas por el maravilloso sonido de dulzainas y tamboriles, caminando acompañadas por todo el pueblo con el resto de Aguederas, dejando tras de sí un rastro de pólvora emanada de los cohetes.

Cuando llegan a la iglesia, las dos alcaldesas deben ocupar los primeros bancos y a la finalización del santo oficio, las mujeres todas juntas, piden limosna para la Santa y para los más humildes; todo termina con la consabida comida y baile.

Es un día especial, en el que las mujeres ocupan todo el espacio público, donde se produce un cambio en los roles habituales y donde las mujeres empiezan a reclamar su potestad.

Mas todo tiene un final y el mandato de la alcaldesa acaba con el día, la normalidad invade el pueblo y habrá que esperar al siguiente 5 de febrero para poder nombrar a la nueva alcaldesa.

Qué Viva Santa Águeda, que Vivan las Aguederas, que sigan siendo las dueñas de todo y que ordenen y desordenen a su capricho aunque sólo sea por un día.

Foto: Fernando Peinador

A mí querida madre, por su lucha, su valentía.
Que hayas alcanzado la gloria que mereces.

Luz Mª Rodríguez Mantecas.

(1) Mínguez Gutiérrez Miguel. Cuadernos de Etnografía de la provincia de Guadalajara. Aportado por Carlos García.
(2) Ibidem. De obligada lectura, CARO BAROJA, Julio. El Carnaval. Análisis histórico-cultural, 2ª ed. Taurus. Madrid. 1979.

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