Durante los años ’50, en Navidad sonaban la guitarra y laúd del señor Paco “Cirolín” y de José “El Sereno”, gran amigo mío, y algunos más, que, en Valsaín había bastantes. El señor Paco y Jose iban a tocar los Villancicos a la Iglesia todos los años y luego hacían ronda por el pueblo, cantando y tocando algunas jotas y canciones, llegando también hasta Valsaín al Bar “El Tío Pepe”, Casa Castán. Allí estaban los dos hermanos con su guitarra, Martín y Bernardo, que entonaban las jotas como nadie. De Kubala, como le llamábamos nosotros, aprendí yo a cantar un poco las jotas. El bar de Castán, donde nos reuníamos los amigos, era nuestro centro de ensayo.

Ya en los años ’60, nos reunimos unos cuantos que nos gustaban las guitarras. Toñín, mi primo Antonio, junto con Martín y yo. Lo primero que hicimos fue comprar los instrumentos. Toñín, una guitarra; mi primo Antonio, un laúd, y yo, la bandurria. Ya éramos cuatro, con Martín. Y luego nos fuimos a aprender a tocar a La Granja. Mi primo Antonio fue a “la mili” y aprendió bastante allí y yo, con Alfonso Pomares, que tocaba en la Rondalla de La Granja, estuve cuatro meses.

El tiempo fue pasando, estuve enseñando a los hijos de Santiago Martín, Jesús y Santiago, ya fallecidos todos. Entonces éramos cinco, con Santiago “El Niño” como le decíamos nosotros. Ensayábamos en la peluquería de Antonio unas veces y otras en el Bar de Castán, en un cuarto que tenía dentro.

El debut fue en Segovia, en un concurso que patrocinaba Eulalio Moreno, en la sala de Fiestas Florida, el dos de febrero de 1965. Éramos bastantes grupos de Segovia y Provincia. En la primera actuación tocamos la canción “Los niños del Pireo” y también “El Toro y la Luna”. Nos salió bastante bien. Allí conocimos a Ana, que era una chavalina que participaba también, que hoy es una de nuestras directoras.

El veintitrés de mayo falleció el compañero Martín Castán, cuatro meses después de haber tocado con nosotros el día 2 de febrero del mismo año. Nos quedamos que no sabíamos qué hacer. Estuvimos un tiempo pensando la pérdida del gran compañero, que era extraordinario. Nos volvieron a llamar de Segovia y actuamos en otras cuatro ocasiones, hasta llegar a la final. En este momento entró a tocar con nosotros Manolo Gala, que era de La Granja y tocaba la bandurria, y era muy amigo mío. La final fue con un grupo que había de Cantimpalos, que nos ganaron.

Corría el tiempo, yo había hecho la Mili. Me casé con Emi y tuve tres hijos: Juan Carlos, Alberto y Miguel Ángel. El tiempo pasaba y los chicos crecían. Fueron al colegio de Valsaín, hasta los catorce años y luego bajaron a Segovia a estudiar en el Ángel del Alcázar. Los enseñé a tocar la guitarra, la bandurria y el laúd y los preparé un poco.

En los años '70 salió un grupo de amigos que les gustaba la música; me dijeron que querían aprender a tocar algún instrumento y les dije que sí. El primero fue Felipe Fraile, que ya tenía una guitarra y ya le habían enseñado un poco a puntear y a acompañar. Luego fue a aprender por ahí y hoy es una de las mejores guitarras de Valsaín. Los otros eran Rufino Martín, "Cachorrito", como le llamábamos, aprendió un poco. Hoy, en la actualidad, toca de todo, lo mismo le da a las jotas que a los pasodobles o rancheras (es un campeón). Hasta llegó a tocar el guitarrón. Carlos García, bandurria; Javier Berrocal, laúd, y Felipe Dorrego llegaron a tocar algunas canciones, pero se cansaron y lo dejaron y alguno más que no recuerdo.

Yo ya estaba tocando con la Rondalla de La Granja y mis hijos también. Allí estuvimos mucho tiempo hasta pasados los ’80.

En el año 1997 se formó un Coro en la Iglesia de Valsaín y la Directora era Mari Carmen. También la enseñé a tocar el laúd, que tocaba bien, y preparó a doce o trece mujeres para cantar. Un día me llamó para ver si queríamos tocar con ellas y la dije que sí. Preparamos la Misa Castellana y canciones de La Iglesia, comenzando poco a poco a unir las voces y los instrumentos.

Los músicos éramos unos cuantos: Tomás Tapias, Toñín, Fuencis y Juan Carlos, guitarras. Alberto, bandurria y yo, laúd.

Comenzamos a cantar en las bodas. Cada vez lo hacíamos mejor. Luego vino Ana, que colaboró muy bien, y hoy en día es otra de nuestras directoras del grupo, junto con Mari Carmen.

Llegamos al año 2000 tocando por iglesias y fiestas. Mis hijos se fueron casando, primero Miguel Ángel, segundo Alberto y el último, Juan Carlos. Tuvieron dos hijos cada uno: Miguel Ángel y Lucía, Adrián y Alex y Víctor y Carlota. Estuvieron varios años tocando con nosotros, pero poco a poco fueron dejando de ir junto con Tomás Tapias, que iban a colaborar cuando nos hacía falta. El trabajo entonces era lo más importante.

Total, que hubo que renovar y en 2008 estuve un tiempo enseñando a tocar la bandurria a Javier Arenal, y el laúd a Jesús Benito, el músico más joven actualmente en el Grupo. También se incorporó Guillermo Martín, guitarra, que ya sabía bastante de antes por su padre, el Señor Paco “Cirolín”.

Durante un tiempo contamos con la colaboración de José Manuel Ruiz, guitarra, y su hijo Óscar, muy bueno con la bandurria, que venían de Navafría, pero una triste enfermedad nos llevó por delante a José Manuel.

El tiempo sigue y ahí estamos con el grupo de mujeres, cantando las misas, comuniones y canciones, cuando nos llaman.

Hoy el grupo de mujeres que componen el Coro son Mari Carmen y Ana, que son las que nos dirigen alternándose como pueden; Ana Ramírez, Margarita, Fuencis, Lucre, Maruja, Pili, Emi, Tere, Tere de Juan, Nieves. Por aquí han pasado bastantes más y que, por una cosa o por otra, lo dejaron: Tere, la mujer de Tomás Tapias, Rosi Herrero, Asunción, Encarna, Mari la del Teniente, Rosi la mujer de Julián, mis consuegros, y alguien más que no recuerdo y que ruego me perdone por no citar.

Bueno, con esto doy por finalizado este pequeño resumen, recordando desde los años ’50 hasta la actualidad. Espero no molestar a nadie con este reportaje y pido perdón si a alguien he molestado o se me olvidó citar a alguno de los protagonistas de la historia del Coro y Rondalla de Valsaín.

Joaquín Benito Hontoria.