Paseando entre los pinos
me envuelve la brisa fresca,
siento su abrazo en mi piel,
respiro naturaleza.

Hablo en silencio a los pinos,
acaricio su corteza,
siento el latido del tiempo
y escucho lo que me cuentan.

Me hablan de largos inviernos
y de cortas primaveras,
del duro trabajo del hombre
que recogía la madera.

Del sonido de las hachas,
de caballerías muertas,
de guardas y gabarreros,
de riñas y de reyertas.

De las noches estrelladas,
de la luna y los luceros,
de los hombres y mujeres
que al pasar hacían sendero.

De las parejas de jóvenes
que allí hicieron el amor,
de los juegos de los niños,
de los días de calor.

De herrerillos, capuchinos,
arrendajos, petirrojos,
de la jara, de la estepa,
del murmullo de arroyo.

Paseando entre los pinos,
en plena naturaleza,
los montes de Valsaín
me atrapan con su belleza.