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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Fiestas y Tradiciones >  Alegría y emoción: Valsaín en Fiestas (Emilio Montes Herrero)  


Foto: Mari Carmen García

Las fiestas de Valsaín son la manifestación popular de los sentimientos y de las tradiciones que han arraigado en el corazón de sus habitantes a lo largo de los siglos.

Esos sentimientos, que afloran de lo más íntimo del ser humano con el acontecer de la vida, que van marcando su existencia en tanto en cuanto individuo, cuando se manifiestan en una sociedad pasan a ser algo de lo que se puede participar. Y cuando una inmensa mayoría de los individuos que forman una sociedad participan de unos mismos sentimientos, lo que hacen es una puesta en común de aquello que, desde lo más íntimo de su ser, mueve sus vidas y su existencia.

Así nació en Valsaín la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. Una Hermandad en la que se hace una puesta en común de los sentimientos en los que se participa y con los que se ha venido acompañando a todos y cada uno de los miembros y familias del pueblo en el devenir y acontecer de la vida, desde su fundación.

La necesidad de protección inspira en el ser humano un profundo sentimiento religioso. La dureza de la vida en Valsaín ha marcado la existencia de sus habitantes que, sensibles tanto al sufrimiento como a las alegrías, han tenido en la que han declarado su Patrona y protectora, la Virgen del Rosario, el mayor motivo de celebración.

Precisamente, por haber estado llena de dificultades y dureza la existencia en Valsaín a lo largo de su historia, hasta tiempos muy recientes, son las fiestas en honor a su Patrona el momento más ansiado por todo el pueblo. Y prueba de ello es la forma de celebrarlas: unidos.

Esa unión se ha venido manifestando históricamente en todo tipo de actos que se desarrollan a lo largo de la celebración de las mismas, así como en su organización a lo largo del año. Y es la unión del pueblo, haciendo fluir sus sentimientos, lo que ha caracterizado a lo largo de los tiempos todas las iniciativas para la organización de las fiestas.

En mi recuerdo hay una imagen que por sí sola vale más que mil palabras, sobre lo que las fiestas de Valsaín representan y han representado en el “sentir del pueblo”.

Y creo que me van a comprender, porque se trata de una manifestación de alegría de alguien que ha sido, junto a todos los de su generación y coetáneos que vivieron en Valsaín, ejemplo de sentimiento vivo de lo que significan las fiestas celebradas en honor a la Virgen del Rosario.

En ese recuerdo, la Virgen del Rosario es sacada de la iglesia para ser portada en procesión por las calles, para que bendiga y proteja al pueblo. Con la emoción contenida se la rinden honores a su salida. Tan pronto es izada a hombros, cuando comienza la genuina manifestación de alegría popular.

Se lanzan cohetes al aire y la música popular irrumpe con su sonido al viento. Suena la dulzaina con notas alegres y redobla el tamboril. Y allí, delante de la Virgen, la señora Rufina Merino, repeinada y ataviada, con ojos vivos y alegres, con una sonrisa que le sale del corazón y dejándose llevar por éste, impulsa sus brazos y sus piernas para dedicarle a la Virgen el baile de la jota segoviana que entonan los dulzaineros. Ella es la primera en manifestar la alegría, a ella le siguen todos los demás. En su corazón está el corazón de todo un pueblo. En su sentir se ponen de manifiesto la alegría y la emoción de todo el pueblo. Un pueblo, Valsaín, que vive y celebra unido a su Patrona, la Virgen del Rosario. Valsaín es una fiesta.

¡Viva la Virgen del Rosario! ¡Viva Valsaín!

Emilio Montes Herrero.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com