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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Fiestas y Tradiciones >  Recordando los 60 (Joaquín Benito Hontoria)  


Foto: Pilar Rodríguez

En aquellas épocas, las fiestas se comenzaban a vivir muy pronto. En Agosto se hacía la primera junta o reunión, para hacer los sorteos de matadores, banderilleros y despejo de plaza, así como el corte de latas, que entonces se cortaban a hacha.

Había mucha juventud, aunque había muchos que estaban en Madrid o en otros lugares y todos queríamos participar en el sorteo para banderilleros y matadores.

Bueno, la fiesta estaba encima y había que preparar el corte de las latas, que se hacía un domingo por la mañana. Se preparaban unas buenas patatas con carne o una buena paella, que nos guisaba nuestro cocinero de siempre, Félix Rodríguez, “El Yiyi”, como se le llamaba cariñosamente, el cual ya falleció. Y después de cortar las latas, a comer y beber de la bota, para luego cantar unas jotas. Para eso teníamos al señor Rogelio, que era el Guarda.

Se bajaban las latas, arrastradas por los carreteros del Patrimonio (algunos eran nuestros padres), con sus parejas de bueyes y luego, todos los domingos, a “hacer plaza”. Se dividía en cuatro partes: Celestina, Bar Castán, La Garita y los Castaños.

La Celestina se correspondía con la zona donde está la actual Panadería y el Bar Castán, donde el Mesón del Tío Pepe. Íbamos veinticinco o treinta mozos. Unos se encargaban del palco, que se colocaba a la puerta del Bar Castán, donde se sentaban las autoridades y las mozas. A ese trozo iban siempre los carpinteros, y el resto repartido por las otras zonas.

Foto: Joaquín Benito Hontoria

Se acababa de “hacer plaza” y se colocaban los carros, que usaban los carreteros, y allí se ponían los bancos o sillas para luego sentarse, si podías, porque éramos muchos y venían muchas personas de fuera a la fiesta.

El sábado por la tarde íbamos a la Procesión, en la que se bailaba la jota al paso de la Virgen Del Rosario, y luego el domingo íbamos a misa. Todos estrenábamos nuestros trajes y mejores ropas. Nos agrupábamos en cuadrillas. No se conocía lo que hoy llamamos “las peñas”. En mi grupo éramos bastantes: los Velayos, Julio y Luis, los Castanes, Bernardo y Martín, Claudio del Sastre “Capío”, Julio Herranz “Cape”, Pedro González, Felipe Isabel, los ya desaparecidos Lorenzo Fernández y Miguel Isabel “Parralo”, algunos más y un servidor.

Nos hacíamos las fiestas como podíamos, solos, hasta el martes por la noche que acababan los festejos. La mayoría teníamos novia, yo ya salía con mi mujer, Emi, que pasaba las fiestas aquí y ella se juntaba también con las chicas.

El sábado por la noche se hacía la presentación de Fiestas. Llegaba el señor Alcalde, junto con los Directivos, Reinas, Damas y demás y nos daban el Pregón de Fiestas. En este momento, quedaban oficialmente inauguradas. Don Gaspar, el párroco de la localidad, nos decía unas palabras. Era el encargado de hacer de presentador y coordinar todos los concursos, que eran muchos. Todos los días, después de decir Misa, se venía a la Plaza, se subía al tablado y cogía el micrófono. Allí estaban todos los niños y mayores para escucharle.

Hubo buenos concursos que ahora ya no se hacen. Por ejemplo, el famoso partido de fútbol de solteros contra casados resultaba muy interesante. Por otro lado, las cucañas se untaban de sebo y deslizaban muchísimo hasta el punto de que la mayoría de las veces no se podía subir y eso que había muy buenos gateadores como Santiago Martín, Claudio Gómez, Andrés Trilla, Agustín Grande, mi hermano Isidro, que era un lince subiendo, y algunos más que no recuerdo.

Foto: Joaquín Benito Hontoria

Toreaban los toros los que tenían más valor, que eran muchos y muy buenos. Las fiestas eran el sábado por la tarde, domingo, lunes y martes y había que divertirse. Tradicionalmente, los lunes toreaban los solteros y los martes, los casados. Yo recuerdo a Eduardo Alonso, que era un fenómeno toreando y matando y otros muchos que mencionaría, como Andrés Trilla que fue un artista, lo mismo le daba torear, que matar… Había mucha afición; entonces la juventud salía más a los toros aunque, si bien es cierto, había que tomar alguna copa… Cada uno hacía lo que podía.

A la hora de poner banderillas, llegaba el canguitis. Yo recuerdo que puse un año banderillas y, ¡madre mía!, ¡qué apuros pasé…! pues yo era poco torero, pero me divertía haciendo lo que podía.

Aquellos tiempos eran difíciles. Mucha juventud había emigrado a Madrid y otros sitios. Pero era llegar las fiestas y acudían todos. Entonces no había tanto dinero como ahora, pero nos divertíamos a nuestra manera. No conocíamos los “cubalibres”, pero con nuestro vino tinto y cacahuetes éramos felices.

El martes de fiestas se hacía una comida para todo el pueblo, que cocinaba Lucio en “La Pista de Baile” a base de patatas y carne de los toros.

Foto: Joaquín Benito Hontoria

En la Sociedad de Festejos hubo momentos difíciles. Nadie quería ser directivo y recuerdo que en el año 1966 se convocaban reuniones y no iba nadie. Un día nos llamaron Clemente Mantecas, Nicolás Rodríguez, Luis Fernández del Pozo, que todos ellos ya no están con nosotros, y algunos más. Nos explicaron la situación, para encontrar un arreglo y salimos para la Junta Directiva: Miguel Isabel, Julio Velayos y un servidor; Presidente, Secretario y Tesorero, respectivamente y al final se arregló la situación, hasta ahora.

Bueno, no quiero ser más pesado, pero es bonito recordar aquellos tiempos y todas aquellas historias que a algunos les gustaría leer y recordar. Perdonadme si he olvidado mencionar a alguno de los amigos y vecinos “protagonistas” de las fiestas en los años ’60. ¡Viva Valsaín y sus Fiestas!

Joaquín Benito Hontoria.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com