Los Gabarreros, La Guerra Civil Española, La Naturaleza, La Historia…, forman parte de la gran variedad temática que Crónicas Gabarreras ha utilizado en sus diferentes números para plasmar la esencia de Valsaín, valiéndose de la descripción de las experiencias de sus gentes, de sus lugares, de sus historias o de sus sentimientos.

Recuerdo con enorme cariño, el día que me llevaron a ver el rodaje de “Conan el Bárbaro”, fue mi prima “Maruchi” (prima carnal de mi padre), su marido, Agapito, trabajaba para la empresa que se encargaba del catering del rodaje, mi padre también trabajaba allí como conductor de un Land Rover, fue él quien nos llevó a Maruchi y a mí hasta “El Puente del Minguete” donde se estaba rodando la película.

La localización y el decorado eran geniales, algo que por otra parte no era de extrañar, pues el lugar no podía ser más idóneo. En un claro entre los pinos cerca de un arroyo, se levantaba el poblado de los bárbaros con las tiendas donde vivían, los corrales donde guardaban a los animales, todo perfectamente ambientado. La idea era crear un clima invernal en un bosque cerrado, fiel a las descripciones que en los libros o comics, se hace de un asentamiento bárbaro, y desde luego que lo consiguieron. A mí, con mis 12 años, lo que me mas me impresionaba eran las espadas, lanzas, mazas y otras armas que utilizaban los actores para su caracterización.

Merodeando por allí entre bárbaros y otros personajes del rodaje, fue cuando conocí al ahora famoso actor español Jorge Sanz, que interpretaba a Conan de niñó (el papel de adulto lo interpretó Arnold Schwarzenegger), siempre cerca de su madre, que no le quitaba ojo, iba vestido con pieles como un pequeño bárbaro, y como éramos los únicos niños que había por allí (además resultó que teníamos la misma edad), estuvimos charlando durante los descansos que entre toma y toma el director permitía a los actores.

En la escena que vi rodar, un grupo de hombres a caballo perteneciente a una secta de adoradores de la serpiente, atacan el poblado donde vive el pequeño Conan con sus padres. El padre de Conan es atacado por la espalda por un jinete enemigo que desde su caballo le clava un hacha en la espalda acabando con el (le mata varias veces, pues tuvieron que repetir la escena). Recuerdo como el actor William Smith, que también interpretó a Falconetti, ese personaje tan malo con un parche en el ojo de la serie de los años 70 “Hombre rico Hombre pobre”, se metía en la boca una bolsita con un líquido rojo que mordía cuando le clavaban un hacha en una madera que le cubría la espalda debajo de la ropa. La “sangre” le manaba a borbotones por la boca.

Fue toda una experiencia poder observar toda la parafernalia y el enorme despliegue de medios que supone el rodaje de una película, los camerinos a un lado del Puente del Minguete, las enormes carpas que alojaban las cocinas y el Restaurante.

La verdad es que a mí me trataron “a cuerpo de rey”, se encargaron de ello mis primos Maruchi y Agapito. Comí todo lo que quise, estuve jugando con las espadas y demás utensilios que se utilizaban en el rodaje, disfruté muchísimo viendo los caballos (siempre me han gustado mucho), y pude ver en directo como se rueda una película; no podía pedir más; que un día que nunca olvidaré, al igual que nunca olvidaré a “Maruchi” y Agapito, y lo bien que se portaron siempre conmigo.