Qué bien, qué bien, llegó el verano,
en el cole vacaciones me han dado
con mis abuelos a Valsaín iré
para bañarme y por el pinar correr.

La carretera a Valsaín, a un río se asemeja,
los coches, camiones y motos, los peces que lo llenan.
Subimos y luego bajamos el Puerto de Navacerrada,
entre pinos, robles, zarzas y un río de aguas claras.

Por fin a Valsaín llegamos
y un tiempo espléndido encontramos.
Gorriones, golondrinas y mirlos,
contentos nos reciben con trinos.

A mi amiga Alicia a su casa voy a buscar,
muy contentas las dos, nos iremos a bañar,
en el río Eresma, de aguas tan limpias y frías,
que la gente de otros lugares contentos se lo llevaría.

El entorno de Valsaín, de contrastes lleno está,
montañas, bosques, palacios y el CENEAM.
mires donde mires, Norte, Sur, Este u Oeste,
algo encontrarás que la pena seguro merece.
Por un lado el Cerro Matabueyes,
que por su forma un volcán parece,
el Teide no es, ni el Etna tampoco,
pero su forma desconcierta un poco.

Girando a la izquierda, vemos la Mujer Muerta
y muy cerca de ella, una gigantesca sierra
con dientes mellados, unos cortos y otros largos,
formados por grandes riscos, conocidos como Siete Picos.

Siguiendo con el giro, llegamos al Puerto de Navacerrada,
con la Bola del Mundo a su espalda adosada.
Seguimos con Peñalara para terminar en La Granja,
por la escarpada montaña del Reventón coronada.

Todo lo que aquí se ha contado
con un grandioso pinar está adornado,
son los espesos y conocidos Pinares de Valsaín
donde por millares, los pinos se cuentan sin fin.

En medio de este gigantesco y espectacular jardín
se encuentra situado nuestro pueblo llamado Valsaín.
Buena y sana gente habita este lugar,
no dudan un instante en quererte ayudar.

Al pueblo pertenece el CENEAM
que te enseña la fauna y flora regional.

Tal y como ocurrió el año pasado,
también hoy de escribir me he cansado
por lo que me despido con cierta melancolía
diciendo a los presentes: adiós, hasta otro día.