¿Y si soltáramos un “andamecagüendiez”?
¡Un “mecagüendiez”!, el grito franco y hondo.
El grito de alegría que me saluda, cuando llego
un día a Valsaín, ¡cuánta belleza!

Hoy, unas nubes vienen y nos acompañan.
He visto una mujer, más bien peripuesta, de
las que dicen “andahija”, y también decía el
“bienytú”, pegado al “bienyvosotros”, después
del hábito de qué tal.

Si eso no es recordar que estamos aquí,
en La Granja o Valsaín…
Y es que cualquier día es así,
baile de frases.

Pero descansad, descansad de andar los caminos,
que estamos hablando de jugar, de hablar, y un poco reir.
¿Acaso la palabra no juega?

Vamos paseando por esos meandros
pisados entre los árboles…
y quedaos quietos que ya viene la paz,
bajad la guardia en el Valsaín tranquilo,
y ved el espectáculo del saludo.

¿Contáis con el grito de la llamada?,
cuando se va a comprar el pan, al pasear, o al bar.
¡Hey!, ¡tú!, “dondeirás”. Otra vez el todo junto
de las dos-tres palabras, con la cadena de epítetos,
“so… cacho…”, tal cosa, tal otra.