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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Naturaleza >  Los nombres del pinar (David Martín Carreras).  


La Cancha de los Alamillos. Foto: David Martín Carreras

El Pinar, el Pinar de Valsaín, bosque extenso en el que me recreo continuamente. Su renombre es conocido, según en el foro en que se trate: por su excelente madera, su estado de conservación, su biodiversidad florística y faunística, sus cumbres y paisajes, por ser modelo de desarrollo sostenible... En verdad la identidad de este monte puede ser mesurada por cada uno de estos motivos o de todos en conjunto, en cualquier caso es “Grande” nuestro Pinar. No quiero en esta ocasión centrarme en los aspectos mencionados, sino en otro asunto del mismo calado o mayor si cabe. Vamos a charlar un poco de la toponimia del pinar: es algo importante las connotaciones que llegan a tener los nombres que designan cada paraje, cada vereda, cada carril, cada rincón, cada arroyo, cada fuente, etc... de un lugar, y más aún el motivo que llevó a bautizarlos y su significado. Puesto que los “nombres del Pinar” se encuentran en desuso y cada vez, todos lo hemos oído, se van perdiendo, quiero recordar algunos de los tantos que hay, de antes y de ahora.

La dependencia de una población con el medio se puede medir por la abundancia de los nombres existentes en los montes circundantes. En nuestro caso es manifiesta, una aldea que históricamente ha dependido del Pinar, y hasta no hace muchos años, hacheros, gabarreros, leñadores, carreteros, pastores..., han ocupado la mayoría de su tiempo trabajando en él día y noche, era su oficina de trabajo y se la conocían perfectamente, de ahí surgen la mayoría de los nombres del Pinar, nombres con significado laboral, sucesos ocurridos, zonas de tránsito frecuente.... todos ellos hitos para que cada uno de ellos pudiera entenderse en una lengua común “de a dónde voy, por dónde voy, y de dónde vengo”. Otros nombres, los menos, aparecían por motivos religiosos, pasos tradicionales de la sierra, nombramiento real, y otros por la propia observación y comprensión del entorno, como son las denominaciones con referencias de flora y fauna principalmente, pero no son los únicos pues hay multitud de motivos para bautizar un lugar.

Pero no quiero perder el hilo, lo cierto es que no es triste que se pierdan unos nombres porque se usen menos, siempre y cuando aparezcan otros. La lástima es que se pierden nombres y no aparecen otros nuevos sustituyéndolos, perdiendo otra riqueza de estos lugares.

La dependencia del Pinar es cada vez menor y su uso “más moderno” se centra cada vez más en “números” para designar una zona, “Cantón 146” en lugar de “Peña Del Buitre”o “Navalasyeguas”, muy respetable y práctico para la gestión selvícola, pero frío e impersonal con el medio, demostrando la pérdida de riqueza de la que hablamos al principio; esto también es diversidad del monte, tan de moda ahora, ¿no lo creéis así? Un ejemplo conocido por todos “La Atalaya”, que antiguamente se llamaba “Torre Iniesta” y ha cambiado de nombre, ¿por qué no?, al fin y al cabo la evolución aquí también existe.

Peñacitores. Foto: David Martín Carreras

Nombres como “El Pino Galano”, en la orilla derecha del río Valsaín, cerca de “Los Vadillos”; “La Estacada”, próxima al nacimiento del “Arroyo de Valdeclemente”; “los Colmenarejos”, cercano a “Los Asientos”; “Garganta Lóbrega” en “Collado Ventoso”; “El Arroyo de Las Minas de Tellado”, tributario en su nacimiento por su margen izquierda del “Arroyo de la Chorranca”; “Fuente del Mesadero”, al pie de la Calzada Romana, su propio nombre guarda relación con el paraje cercano de “Navalamesa”; “Camino de Vueltas Viejas”, antigua subida al Puerto de Navacerrada por el fondo del valle saliendo del “Barracón”, o una antigua ermita existente al pie de la calzada romana en honor a la Virgen de Los Remedios. Seguramente casi nadie los recuerde, a unos les sonarán algunos y a otros no, pero existieron y fe de ello es que en algunos mapas se encuentran, nombres antiguos que caen en desuso y se pierden para siempre de la memoria local según pasan las generaciones. Éstos y algunos más son la lista más próxima al olvido.

Otro aspecto son las curiosidades que presentan las declinaciones por el uso en los nombres originales y los existentes hoy día, los lógicos de “Peña Clara”-“Peñalara”; “Peña Sitores”-“Peñacitores”, y otros como el renombrado “Casarás” con su tesoro y leyenda procedente de “Casa Eraso”, lugar de hospedaje y paso; “El Bosquecillo” por todos conocido ahora por “El Bosque”, ni reflejo es de lo que fue cuando se le bautizó; “El Berracón” a los mismos pies del Puerto de Navacerrada, su nombre original fue “El Barracón” pues se construyeron en tiempos en ese paraje unos barracones de trabajo; o el conocido “Puente de Navalcarreta” en origen “Puente de Navalacarreta”.

Algunos otros hacen referencias a la flora y la fauna existente; como “El Testero de Los Dorados”, en “Vaquerizas Altas”, altos pinos allí se encuentran y su corteza anaranjada bajo el sol reluce; “El Cerrillo Cagalobos”, en las laderas de “Peñacitores”, por encima de “La Boca del Asno”, los lobos transitaban y marcarían aquí su territorio. “Arroyo de Juncional” seguramente nunca llegó a llamarse “Arroyo del Gencianal” por ser la planta de la genciana el que le diera nombre, ya que por esta zona se denomina junciana; “Mata Salgada” en el interior del valle del Telégrafo en “El Hoyuelo”, no sé si se trata de una confusión o se refiere a otro aspecto que desconozco, ya que la salgada es una planta que aparece exclusivamente en zonas altamente salinas y en Valsaín no existe. O los rimbombantes como “El Pino Golondrino” o “El Boquete de Majalgrillo” una zona de paso de una divisoria donde existía una de tantas majadas de pastores para aprovechar los pastos de verano.

Muchos de ellos nos reflejan los avatares y sucesos ocurridos, en casi todos los casos tristes, que no necesitan explicación ya que hablan por sí solos de la historia del día a día sufrido antiguamente; “El Accidente”, también llamado como “Corrales del Accidente” entre “El Salto del Corzo”y “El Raso del Pino”; “Donde Murió Basilio” entre “El Botillo” y “La Mata de Navaquemadilla”; sur de “La Camorca”, incendio antiguo que aún hoy se puede observar; “La Vejiga”, la visible en las laderas de Peñalara y otra más discreta en las cárcavas del “Arroyo de Majada del Arca” por encima del “Barracón”. No puedo dejar de mencionar a Pedro Nogales cuando me contaba el origen de este nombre y su historia: -¡...Hubo tal crecida por el deshielo y las lluvias que en este arroyo arrastró piedras, pinos, todo lo que cogía a su paso abriendo una brecha que nos tuvo trabajando semanas para limpiarla...!.

En cambio, todo hay que decirlo, también hay nombres nuevos cuyo significado sí se conoce, y que no voy a decir. Preguntad, que muchos os lo dirán: Como “La Fuente de Las Meriendas”, por encima del Puente de La Cantina; “El Pino de Manolo”, cercano al Barracón; “El Barranco de Los Soldados”, con fuente y todo, en la ladera del Cerro Puerco; “La Ladera del Zancajo” en los nacimientos del Arroyo de La Cuadra... Bueno hasta aquí hemos llegado, después de este corto paseo por el Pinar, cierto que prolijo en nombres es, pues esto no es más que una introducción para su recuerdo y para que sepamos que están ahí con su significado “los Nombres del Pinar”.

David Martín Carreras.


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