Entre montaña y montaña,
se encuentra un pequeño paraje,
de nombre VALSAÍN,
este poema es mi homenaje.

Cubierto por la nevada,
cual velo de novia blanco,
es un bello panorama,
el de este pueblo serrano.

También en primavera,
se viste de verde intenso.
El vivir en esta sierra,
es un verdadero privilegio.

Este año el día cinco,
¡LAS FIESTAS COMENZARON!
Becerradas, concursos, carreras,
que no se las salta un gitano.

A los jóvenes de por aquí,
nos gusta mucho la fiesta,
distraernos en las peñas,
y las “pequeñas borracheras”.

Hablemos del palacio,
tema imperdonable en esta copla,
lo vemos sólo en fotos,
por el “ataque de cuernos de la Loca”.

Ahora de su río,
¡ÉSE ES EL ERESMA, SEÑORES!,
en invierno abandonado,
y en verano ¡ATESTADO!

Tenemos una plaza de toros,
que está de muy buen ver,
comparada con la de hace muchos años,
que tengamos ésta ¡no se puede creer

También está la Iglesia,
donde vive nuestra patrona,
la paseamos sólo en fiesta,
¡NI QUE FUERA UNA LADRONA!

Aquí termina mi copla,
me despido con mucha pena,
pues a este pueblo lo adoro,
su aroma me corre por las venas.