Crónicas Gabarreras 0
 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Los Artistas >  Caudal del río (José Casas Nogales).  


Foto: Eusebio de Benito Abades

En el campo verde
pasaba un río,
que tenía un caudal
de tres rosas bravío.

Sus peces eran coloridos,
por sus aguas navegaban
como un barco de motor perdido.
¡Ay, cómo quiero el caudal del río!
¡Cómo quiero su caudal!

Por sus aguas claras,
por su gran caudal,
el invierno llega y se pone a nevar.
Sube, sube,
cómo sube su gran caudal.
Llega la nieve
y helado se queda el caudal del río.
¡Pobre río, pobre río!
Sus aguas están bloqueadas,
adiós caudal del río ¿qué se podría hacer?
Llamar al sol caluroso, pero…
Frío, frío, frío. Hace mucho frío.
Ya no quiero su caudal,
quiero el caudal del río
pues helado, helado está.
La nieve cubre los montes,
el frío vuelve a nacer,
el sol está dormido…
nada se puede hacer.

La primavera no llega,
el invierno sigue y sigue,
pero el señor caluroso se despierta ya.
Adiós invierno,
nacerá la primavera,
la nieve se derrite
y las flores salen de su escondite.
Las aves cantan,
la hierba está alta,
el río baila, sus aguas despiertan,
la capa helada de sus aguas se derrite.
El caudal del río vuelve a nacer,
sus peces coloridos siguen navegando
por sus aguas cálidas,
por su gran caudal.
¡Ay, cómo vuelvo a querer el caudal del río!
¡Cómo lo quiero! ¡Cómo lo adoro!
El caudal del río es un tesoro.

Javier Casas Nogales (11 años).
Dedicado a mi primo: Sergio Gómez Nogales.


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