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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  En los sentimientos >  Ser de buena familia (Pedro de la Peña García).  


Pedro de la Peña García

Siempre se ha utilizado esta expresión asociada con miembros de familias “ilustres”, bien sea por su nivel económico o por el social. A mí me gustaría dar a conocer y argumentar una interpretación muy personal sobre esta “frase hecha”.

Soy de Valsaín y me considero de buena familia, y el principal culpable de que pueda hacer esta afirmación tan rotunda ha sido D. José García Martín, mi abuelo Pepe, tristemente desaparecido en Noviembre de 2002, a quien, por ser la figura jerárquicamente mas alta que he conocido en mi familiay por el infinito cariño que siempre le tendré,tomo como ejemplo y referencia de mi argumento. Aunque sin mirar tan arriba, también podría decir lo mismo de mis tíos (de tal palo...), criados a su imagen y semejanza en lo que se refiere al buen hacer y al respeto que reciben y predican.

Hombre de bien donde los haya, quiero reconocerle y agradecerle, como patriarca, que haya sido capaz de crear un entorno familiar ejemplar, al que todos sus miembros consideramos uno de nuestros más preciados tesoros sintiéndonos afortunados de formar parte de él. También sería justo destacar entre sus virtudes haber criado y educado cinco hijos (en esto también tuvo que mucho que ver mi abuela) de los cuales ha podido sentirse orgulloso, ya que son un ejemplo de convivencia y cordialidad, comolo demuestra el aprecio que se les tiene por donde van.

Persona querida en el pueblo, vecino bueno y comprometido, siempre dispuesto para echar una mano a quien lo precisara, “Pepeel de Valeriano” es ya una leyenda de Valsaín. De él recuerdo su extraordinaria habilidad y destreza en el manejo de todo tipo de herramientas: trabajador preciso al que nada se le ponía nunca por delante, le recuerdo desde muy niño trabajando en su banco de carpintero dentro de la cuadra y fabricando para mí y mis primos algún tipo de juguete, reparando nuestras bicicletas o cualquier otro estropicio en alguno de los juguetes que ya teníamos. Era nuestro Mac Giver particular, que siempre tenía una solución para todo.

Era capaz de inventar los más ingeniosos utensilios, siempre encaminados a hacer su trabajo más fácil .A la hora de serrar la leña y colocarla, para reparar cualquier desperfecto en la casa, para cuidar los animales, siempre tenía algún instrumento “marca Pepe” que hacía más fácil la labor que estaba realizando cualquiera que esta fuera y que incluso le permitía realizar tareas para las que, en condiciones normales, haría falta más de una persona para llevarlas a cabo. Siempre he admirado ese ingenio y esa manera de desenvolverse ante cualquier situación que se le presentara.

Recuerdo las épocas de matanzas en las que demostraba una vez más su habilidad, esta vez con el gancho, el cuchillo, colgando el cerdo, destazándolo, dirigiendo ese gran acontecimiento que era la matanza, motivo de reunión de las familias y disfrute de todos tanto por la fraternidad y cordialidad que se respiraba como por las delicias que nos metíamos al cuerpo. Ya se sabe: “del cerdo hasta los andares”.

Cuando se daba el caso, también sabía darnos consejos, yhacernos observaciones, marcando como premisas el respeto a los demás y el tener siempre la conciencia tranquila, tal como él vivió siempre.

Ahora, cuando entro en el pueblo, algo se me mueve dentro cuando veo el vacío en el banco de madera en la esquina de la casa donde vivía el Señor Julián Castán, en el puente de Valsaín, en las cercanías del Mesón “Las Palomas”, donde siempre estaba pendiente de su querido Antonio “Palomo”, del paseo hacia la fuente de la reina cerca de donde vivía o el vacío del banco de piedra delante de su casa. Y es que le echo mucho de menos porque aún tenía mucho que aprender de él, y me cuesta enjugarme las lágrimas ante este panorama al cual no termino de acostumbrarme.

Para terminar,me gustaría decir que al releer los números anteriores de Crónicas Gabarreras observo que todos los artículos en general y algunos en particular como el de Evelio España “Ser, de Valsaín” número 0, paginas: 4,5 y 6; el de Francisco Martín Trilla “Una generación unida”en el mismo número páginas 24 y 25 yel de Agapito Quijada Estévez “Solidaridad Gabarrera” número 1, páginas 10 y 11 entre otro muchos (disculpas por no nombrar a todos), reflejan el sentir que yo quiero expresar con estas líneas. Todos nosotros, que tenemos nuestras raíces en este maravilloso entorno que es Valsaín, estamos orgullosos de lo que han sido y lo que son nuestras familias y por eso podemos afirmar bien alto que “SOMOS DE BUENA FAMILIA”.

Pedro de la Peña García.


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