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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Reflexiones >  Un pueblo unido en torno a la Madre (Juan Pedro Cubero).  


 

Según el Diccionario de la Real Academia Española "pueblo es el conjunto de personas de un lugar, región o pais". Pero hablar de conjunto de personas no quiere decir que estén unidas sin más, que hayan hecho ya la unión. Esto es tarea de todos y de toda la vida.

"Tratarse-conocerse-amarse-unirse"

Para hacer la unión hace falta seguir un proceso humano, psicológico, también religioso, que lleva tiempo y tiene sus exigencias. "Hay que tratarse para conocerse, conocerse para amarse. Amarse para unirse" (Pablo VI).

¿Cómo conocerse sin tratarse o ignorándose en la práctica mutuamente?, ¿cómo amarse de verdad sin conocerse, o conociéndose sólo de forma superficial y externa?. Y ¿cómo vivir unidos sin amarse a fondo?. Esto vale lógicamente para las parejas, para las familias y también para los vecinos de un pueblo e igualmente de una ciudad. Por eso, en una ciudad, y más si es grande, se hace más difícil la unión ante tanto anonimato, aislamiento e individualismo como existe.

Claro que también es verdad que un trato frecuente y un conocimiento a fondo sobre todo de los límites y los fallos del "otro" puede ser también un obstáculo ala unión, si no se da una aceptación mutua, en el amor, constantemente renovada, de las limitaciones y diferencias del "otro", que normalmente aparecen con tanta más fuerza y aún vehemencia cuanto más profunda y prolongada es la convivencia.

Relaciones fraternas y amigas

¿Por qué hablar aquí de esto? Porque también entre nosotros, como en todo pueblo, la unión se hace y se vive a base de relaciones fraternas y amigas, base de mucho respeto y comprensión, de mucha paciencia y perdón; y de forma especial, a base de una aceptación mutua y constante, en el amor, de las diferencias personales, familiares, sociales, políticas y hasta religiosas que, pueden darse y, de hecho, se dan en la convivencia diaria entre familias y vecinos. "Sobrellevaos mutuamente en el amor". (S. Pablo).

Y la Virgen del Rosario,¿qué tiene que ver en todo esto?

Una buena respuesta a esta pregunta la ha dado un grupo de señoras alas que preguntándolas "¿Qué es la Virgen del Rosar¡o para el pueblo de Valsain?" han respondido así:
"Es la que nos une a todos, porque la veneramos como Madre y Patrona del pueblo".
"Ella significa mucho para todos, pues, quien más quien menos todos la llevamos dentro del corazón".
"Sin Ella, sin su protección, nuestro pueblo sería de otra manera... posiblemente menos unido".
En estas respuestas claras y sencillas, está hablando la sabiduría del pueblo.

Porque podemos preguntarnos de verdad: ¿Quién puede unir y, de hecho, une más a todos los habitantes de Valsaín?. Aún cuando algunos piensen o digan no tener fe, en todos hay seguramente como "un rescoldo", "un algo" que, en el fondo, acepta al valor religioso y unitivo de la devoción a la Virgen; y por eso, de alguna manera se sienten también convocados cuando se trata de honrar a la Patrona del pueblo, a "la Madre", a Quien desde pequeños todos hemos invocado y cuya imagen llevamos más que en la cartera en el corazón.

En la Virgen del Rosario todas las diferencias desaparecen o, mejor dicho, se encuentran y se hacen unión. En Ella todos nos sentimos iguales, como hermanos en su Hijo Jesús. En Ella el pueblo de Valsaín se siente y se manifiesta UNIDO: en sus tres "barrios", en todos sus "hijos" o habitantes, desde el más pequeñito hasta el mayor, dentro de la gran diversidad existente de mentalidades, temperamentos, trabajos, ritmo de vida y de acción, sentimientos religiosos... De modo que podemos hacer nuestra esta afirmación de una señora: "Somos diferentes, pero nos queremos. ¡Qué distintos somos, pero qué unidos vivimos!".

Unión y alegría

Sí, es la unión que hemos heredado de las primeras generaciones del pueblo. Es la unión que está en la base del proceso histórico de Valsaín. Es esa unión una de las causas, tal vez la principal, de la alegría típica del pueblo de Valsaín. Yo no dudo en afirmarlo.

Para terminar, nada mejor que este comentario de una joven: las Fiestas de Valsaín son una oportunidad especial para que los niños, los jóvenes y los mayores nos reunamos, para así todos unidos rezar y aclamar a nuestra Patrona.

Los jóvenes nos divertimos mucho en los concursos y en las Peñas; y los mayores también, a su modo, recordando tiempos pasados. Pero lo más bonito e importante es que lo festejamos todos juntos y unidos, y con mucha alegría, en honor a nuestra Madre y Patrona, la Virgen del Rosario.

Juan Pedro Cubero.
Párroco de Valsaín.


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