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 Crónicas gabarreras:   Inicio >  Crónicas >  Valsaín y Aguilafuente (José Manuel Sanz Abad).  


Domingo e Hilaria. Foto: Elvira Sanz

No hace mucho tiempo, se puso un tanto de moda el hermanamiento entre ciudades y pueblos. Como ejemplo muy cercano y nuestro, Segovia está hermanada con la ciudad francesa de Tours, a cuyos actos oficiales de hermanamiento asistió el llmo. Sr. Alcalde de aquella ciudad, del cual tenemos un grato recuerdo por haberle hospedado y atendido durante su estancia en Segovia. Nuestro Ayuntamiento dedicó una calle ala ciudad francesa de Tours, y creo haría lo mismo el Ayuntamiento francés con Segovia.

También por razones históricas y culturales, y como sede del Acueducto, está hermanada con Roma, de cuya ciudad recibió como recuerdo su símbolo, una reproducción de la Loba Capitolina, que orgullosamente muestra a los miles de turistas que constantemente nos visitan y admiran nuestro Acueducto Romano, una de las maravillas del mundo.

Quizás me he marchado un poco lejos para deciros que no es de hace pocos años, sino de más de dos siglos que nuestros dos pueblos, Valsaín y Aguilafuente se encuentran también hermanados; hermanados no por razones novedosas o modernas, sino por razones de trabajo, de buscar un medio de ganar un dinero y sacar unas familias adelante en épocas verdaderamente difíciles.

De Aguilafuente llegaron a Valsaín un gran número de hacheros a trabajar en el Pinar, desde aquellas épocas hasta nuestros días. Algunos no pudieron regresar nunca a su pueblo, como podemos comprobar en esta cita tomada dei Archivo Parroquial de dicho pueblo y que reproduce Juan Jesús Díez en su libro "Historia de Aguilafuente":

"El tres de Septiembre de 1744 fallece en Balsain, Prudencio de Santos, por caerle un pino que estaba cortando; era feligrés y vecino de Aguilafuente, parroquia de San Juan en donde se hicieron oficios menores. Está enterrado en la Iglesia de Balsaín."

Por ellos, algunos aún vivientes y familiares conocemos de su trabajo duro y expuesto. También nosotros recordamos algunas de estas muertes acaecidas en nuestros días de uno y otro pueblo. Vida casi constante en el Pinar, alojados en aquellos grandes barracones que hemos conocido, de donde muchos días no podían ni salir en aquellos crudísimos y largos inviernos en que las grandes nevadas les impedían realizar cualquier trabajo. Su alimentación monótona: cocido, patatas y tocino y, alguna vez chorizo cuando regresaban del pueblo.

Su trabajo siempre peligroso: el frío, la humedad en el cuerpo y en los pies casi constante; caídas, rasguños, cortes con el hacha, caída de los pinos, mortales en muchas ocasiones, como hemos visto, a pesar de su experiencia en "dar la caída" al pino.

Genoveva y Paula. Foto: Crónicas Gabarreras

Esta convivencia y coparticipación en los trabajos y privaciones y en el dolor, hacían que los hacheros se sintieran más unidos para soportar una vida tan dura.

Oriundos de tierra de pinares, como lo es también Aguilafuente, su adaptación no sería tan difícil, ya que en uno y otro pueblo la pureza de su aire, el ambiente de sus pinos, y la dureza de su trabajo les ha hecho fuertes y sufridos, con un gran espíritu de adaptación a una vida de sacrificios y privaciones.

Numerosas son las familias actuales de Valsaín que cuentan con algún antepasado de Aguilafuente, como se ve en los libros del Archivo Parroquial de Valsaín que yo he tenido hace muchos años la curiosidad de comprobar.

En la memoria de la mayor parte de los habitantes de este pueblo y nuestra queda aún el recuerdo del Sr. Domingo, natural de Aguilafuente, fundador con su esposa de la "Pensión Hilaria", en honor del nombre de ésta, y que tanto prestigio, nombre y promoción en el mundo turístico ha dado a Valsaín. Fallecidos ellos y sus hijos, con quienes nos unían lazos de amistad y parentesco lejanos, hoy sus descendientes continúan manteniendo esta casa y el prestigio del pueblo, y dando trabajo a miembros de varias familias.

Actualmente siguen viviendo en Valsaín tres hijas de Aguilafuente: Paulita, Tina y Genoveva, con algunos de sus hijos; también mi primo y paisano Juan José ha querido tener su segunda vivienda en Valsaín, lo que hace que aún por muchos años continuará esta convivencia entre los dos pueblos.

El año 1956 D. Gaspar, mi hermano, recibe el nombramiento de párroco de Valsaín (para los de fuera, que no lo sepan, les diré que también nosotros somos de Aguilafuente). Treinta y nueve años estuvo de párroco en Valsaín, convirtiéndose en el mejor exponente de la relación entre los dos pueblos. De sus actividades y entrega por el pueblo de Valsaín ya se escribieron muchas cosas con ocasión de su muerte y después de ella. También nosotros vivimos y convivimos con las gentes de Valsaín y continuamos manteniendo y fomentando en nuestros hijos el amor hacia las personas y el entorno maravilloso de su ubicación.

Muchos de vosotros, hijos de Valsaín, mantenéis fuertes lazos de amistad con familias de Aguilafuente, y compartís días de alegría con ellos en sus fiestas, y les acompañáis en sus días de dolor, cuando pierden a alguno de sus seres queridos; buen ejemplo de ello fue el testimonio que disteis todo el pueblo con ocasión de la muerte de mi hermano Gaspar, con vuestro desplazamiento hasta Aguilafuente, los que pudisteis, y en todos los demás actos que en Valsaín y la Granja se realizaron.

Todo ello fue, y seguirá siendo para siempre, motivo de nuestro sincero agradecimiento.

José Manuel Sanz Abad.


©Pedro de la Peña García | cronicasgabarreras.com